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Adblue: el «fallo sin solución» de Peugeot y Citroën que empuja a los conductores a ser mecánicos

Adblue: el «fallo sin solución» de Peugeot y Citroën que empuja a los conductores a ser mecánicos

Hasta 1.500 euros es lo que puede costar cambiar y renovar el sistema Adblue o de urea de un coche diésel en un taller oficial. Este fallo de fabricación que Peugeot Citroën arrastran en sus vehículos comercializados a partir de 2015 deja tirados a miles de conductores que siguen sin recibir una solución clara por parte de los fabricantes. Ante esta incertidumbre y que muchos de los coches se encuentran fuera de la garantía de 5 años para reparar sin costes el sistema, muchos usuarios han optado por hacer de mecánicos y tratar de solucionar el problema por sus propias manos.

Y es que, tal y como aseguran los afectados, las marcas “sólo se limitan a cambiar el depósito, pero nadie garantiza que el problema no vuelva a aparecer”, expone Gabriel Fernández, propietario de un Peugeot 2008. Este sistema Adblue se implementó en los coches de motor diésel en 2015 para reducir la contaminación de los gases de combustión y cumplir así la normativa europea de óxidos de nitrógeno.

Soluciones caseras

Sin embargo, el mecanismo ha derivado en un fallo estructural que puede afectar a distintos componentes del coche, aunque lo más habitual es la cristalización del líquido en el depósito y la consecuente obstrucción del inyector. Cuando el coche detecta el error, el testigo de luz avisa de que es necesario revisar el depósito de Adblue y acudir a un taller. Si no se arregla, el vehículo perderá fuerza y se detendrá después de un número de kilómetros determinado.

Fernández cuenta que ha pasado muchas horas delante de su ordenador en foros y grupos de afectados para mantenerse informado del problema e intentar entender en qué consiste este error del que ni las propias marcas encuentran solución más allá de cambiar al completo el sistema.  “Me registré en un foro en el que compartieron un manual muy detallado para entender el problema y poder arreglarlo”. Ese manual, al que ha tenido acceso Consumidor Global, consta de varias páginas acompañadas de imágenes en las que se indican los diferentes pasos para una “posible solución” al problema.

Un taller improvisado

Gabriel Fernández cuenta cómo reparó en la puerta de casa, con tres gatos elevadores, su Peugeot 2008. “Básicamente seguí un poco el manual, compré los productos que recomendaban y me puse manos a la obra”, cuenta. Para probar arreglar el fallo, primero es necesario contar con dos productos, un Adblue de baja cristalización y un líquido especial anticristalizante. “Las botellas de urea que se venden en gasolineras suelen estar expuestas mucho tiempo y el líquido se cristaliza antes, así que me compré uno especial que recomendaban en el foro”. En concreto, un recipiente de 10 litros de la marca Total Clearnox, cuyo precio ronda los 45 euros.

El líquido anticristalizante, Admax, es bastante más caro y cuesta en torno a 50 euros el litro. Una vez que el conductor contaba con los productos, vació el depósito por la parte inferior del vehículo con ayuda de tres gatos elevadores. Vertió ambos productos y se puso a circular durante unas horas. “Se solucionó y se apagó el piloto. Estas semanas he hecho unos 700 kilómetros y de momento no me ha saltado el aviso, espero tener suerte”, expone.

Sólo un parche

Fernández se considera afortunado y cree que no todos los coches afectados pueden solucionar el problema de esta forma. “Creo que en mi caso la cristalización no provocó ningún tapón tan grande, sería algo pequeño y por eso pudo limpiarse fácil”. Emma Delgado, otra afectada por este error, explica a Consumidor Global que mucha gente pone “parches” para prolongar los kilómetros de vida del vehículo, pero no se conoce dónde está realmente el problema. “Hay gente que cuando lleva el vehículo a hacerle un chequeo anual a su taller piden una limpieza del inyector. Está bien, pero eso no garantiza que el problema desaparezca”.

De hecho, Delgado cuenta que cuando fue a arreglar su vehículo a un taller oficial de Peugeot, los mecánicos ya le advirtieron que iba a tener que volver en un tiempo a repararlo. Diseño de depósito, componentes, materiales, problemas con la bomba, un tubo con poco diámetro, inyector pequeño… Las razones que podrían ser el origen del problema son infinitas, pero nadie sabe qué pasa en realidad con el Adblue. “Cada taller te da una versión distinta y sólo se limitan a cambiar el sistema al completo, que, como estamos viendo, vuelve a fallar igual con el tiempo”.

El riesgo de hacer de mecánico

Desde el grupo Stellantis, propietario de Peugeot, Citroën y Opel, aseguraron a este medio que sus marcas “garantizan absolutamente el cumplimiento de la vigente normativa en materia de consumo y emisiones”. Además, añaden que la garantía que ofrecen a sus clientes tiene “coberturas superiores a las legalmente establecidas”. Toni Fuentes, periodista y director de Coche Global, medio especializado en motor, explica que los usuarios deberían ser cuidadosos con las intervenciones en sus vehículos.

“Cualquier actuación sobre el vehículo que altere sus especificaciones puede convertirse en un problema grave para que las marcas se nieguen a cubrir ninguna garantía de reparación o sustitución, aunque sea de algo que no tiene nada que ver”, expone Fuentes. Así, el problema sigue sin una solución clara y eficiente y, aunque se han admitido problemas con el inyector de Adblue, los fabricantes siguen sin reconocer la categoría de fallo de fábrica, indispensable para tratar el tema a nivel legal. Mientras, estos foros de afectados suman cada día nuevos miembros, y los más atrevidos se lanzan a montar el taller en casa, pero ¿servirá de algo? ¿Hasta dónde llegará el enigma del Adblue?

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