Estos son los efectos secundarios del lorazepam: cuidado con el consumo excesivo
El lorazepam es un tranquilizante-ansiolítico que se utiliza para tratar la ansiedad, en los procedimientos quirúrgicos y para los trastornos del sueño y que se complementa con la terapia antidepresiva y puede combinarse con medicamentos antidepresivos y otros psicofármacos.
Pertenece a la familia de las benzodiazepinas, uno de los grupos más abundantes y variados de fármacos que existen en el mercado que se emplean para algunas alteraciones o problemas psicológicos, aunque no se recomienda en algunos casos: si padece problemas del hígado, o alteraciones respiratorias, tales como apnea del sueño o insuficiencia.
Pero incluso siguiendo las pautas hay que conocer los efectos secundarios de este tipo de medicamentos:
En la sangre
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Trombocitopenia (disminución de las plaquetas de la sangre), agranulocitosis (disminución de neutrófilos, un tipo de glóbulos blancos de la sangre) y pancitopenia (disminución importante de todas las células de la sangre), con una frecuencia no especificada.
Trastornos del sistema inmunológico
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Reacciones de hipersensibilidad y anafilácticas/anafilactoides (alérgicas), con una frecuencia no conocida.
Trastornos del sistema endocrino
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Síndrome de secreción inapropiada de hormona antidiurética, con una frecuencia no conocida.
Trastornos del metabolismo y de la nutrición
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Hiponatremia (falta de sodio).
Trastornos psiquiátricos
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Es frecuente que produzca confusión, depresión, desenmascaramiento de depresión; poco frecuente los cambios en el apetito sexual y la disminución de orgasmos; y con frecuencia desconocida Desinhibición, euforia, ideas e intentos de suicidio, reacciones paradójicas como ansiedad, agitación, excitación, hostilidad, agresividad, furia, alteraciones del sueño/insomnio, deseo sexual y alucinaciones.
Trastornos del sistema nervioso
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Con bastante frecuencia se puede producir sensación de ahogo; con frecuencia ataxia (descoordinación motora y problemas en el habla) y mareos; y con frecuencia desconocida síntomas extrapiramidales: temblor, disartria (dificultad para articular palabras), dolor de cabeza, convulsiones; amnesia, coma, alteraciones de la atención/ concentración, trastorno del equilibrio.
Trastornos oculares
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Con frecuencia desconocida se pueden dar problemas visuales (visión doble y visión borrosa).
Trastornos del oído y del laberinto
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Vértigo, también con frecuencia desconocida
Trastornos vasculares
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Hipotensión (disminución de la presión sanguínea), también con frecuencia desconocida.
Trastornos respiratorios, torácicos y mediastínicos
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Insuficiencia respiratoria, apnea, empeoramiento de la apnea del sueño. Empeoramiento de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Trastornos gastrointestinales
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Náuseas o estreñimiento
Trastornos hepatobiliares
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Ictericia (coloración amarillenta del blanco del ojo y de la piel).
Trastornos de la piel y del tejido subcutáneo
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Angioedema (hinchazón bajo la piel de la lengua, glotis o laringe que puede producir una obstrucción de las vías respiratorias que puede ser mortal), reacciones alérgicas en la piel, alopecia (caída del cabello).
Trastornos musculoesqueléticos y del tejido conjuntivo
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Con frecuencia puede producir debilidad muscular.
Trastornos del aparato reproductor y de la mama
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Impotencia
Trastornos generales y alteraciones en el lugar de administración
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Es muy frecuente la sensación de ahogo; algo menos frecuente la astenia (fatiga y cansancio) y con frecuencia desconocida la hipotermia (disminución de la temperatura del organismo).
También puede aumentar la bilirrubina, las transaminasas y la fosfatasa alcalina (enzimas del hígado).
La retirada del producto puede provocar la reaparición de ciertos síntomas como consecuencia del desarrollo de dependencia.

