Pero la alta proporción de personas mayores no es el único indicador que puede llevar a que Extremadura aparezca a la cabeza en consumo de medicamentos en España. Este capítulo de gasto también está vinculado a los niveles de renta de los usuarios. No solo porque las condiciones económicas condicionan el estado de salud de la población, también porque los datos contabilizados en este informe excluyen las aportaciones de los usuarios, que abonan un porcentaje del precio del medicamento según les corresponda según su nivel de renta. De esta forma, cuanto menor es este, más elevada es la parte del coste del fármaco que afrontan las arcas públicas.

De hecho, en la cola de las clasificaciones de consumo de envases y gasto figuran Cataluña, Baleares, Comunidad de Madrid, País Vasco y Navarra, regiones con rentas per cápita superiores a la media. 

Por último, y asociado a los dos elementos anteriores (envejecimiento y renta), hay que tener en cuenta que Extremadura registra cifras sensiblemente peores al promedio español en mortalidad por enfermedades cardiovasculares, respiratorias crónicas, tumores o diabetes.

El gasto en medicamentos con cargo a fondos públicos en 2022 ascendió a 12.801 millones de euros en España. «La factura farmacéutica de 2022 crece respecto a 2021 en un 4,9%, superándose por primera vez el gasto del año 2010 en un 0,7%», recoge el informe. Esta circunstancia, aparentemente extraña, obedece a que desde el 2011 «y especialmente desde el 2013, hubo una contención del gasto farmacéutico público», en la que influyó «la continuidad de medidas reguladoras y de fomento del uso racional de los medicamentos que fueron implantadas desde años anteriores».

Más genéricos

Implantadas en el contexto de la crisis financiera por los gobiernos presididos por José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, estas medidas conllevaron potenciar el uso de genéricos, que en 2022 concentraron el 46,9% del total de envases facturados y el 23,1% del importe, en torno al doble que en 2010 (26,8% y 10,6% respectivamente). También se apostó por combatir el despilfarro de dosis o por rebajar precios fijados por los laboratorios. Asimismo, a partir de 2012 se estableció un nuevo sistema de aportación de los usuarios por la dispensación de los medicamentos y productos sanitarios (copago) independientemente de la situación de activo o pensionista.

En 2022 el número de envases facturados en recetas médicas del SNS -en toda España- a través de oficinas de farmacia ascendió a 1.127,8 millones. Después del fuerte descenso en el número de recetas facturadas en 2012 y 2013 (-5,9% y -6%), desde 2014 existe un crecimiento continuado que en 2017 se contuvo. En 2020 el incremento de la cifra de envases disminuyó, pero en 2021 y 2022 se disparó. En el último año ha alcanzado los valores más altos (6,2%). 

El de los analgésicos es el subgrupo terapéutico de mayor consumo en número de envases, con 141,5 millones, un 12,9% del total, lo que supone un incremento del 11,4% respecto a 2021. El de fármacos usados en diabetes es, por su parte, el que factura el mayor importe a precio de venta al público, con 2.162,6 millones de euros, lo que suma alrededor de un 15% del conjunto.