¿Por qué los suministros del piso de alquiler deberían estar a nombre del inquilino?

Cuando se redacta un contrato de alquiler, es necesario que ambas partes se pongan de acuerdo en torno a quién va a asumir directamente estos gastos. El pacto que alcancen debe quedar bien reflejado en el texto del convenio y, a partir de ese momento, quién tendría encargarse de qué debería haber quedado meridianamente claro. Antes incluso de llegar a este punto, el arrendador debe asegurarse de que el piso que va a sacar al mercado está dado de alta de los servicios necesarios y que, además, el mes anterior a la llegada de los inquilinos se encuentra debidamente abonado. De esa manera, si especifican que este último debe pagar los suministros, podrá gestionarlo sin ningún problema a su entrada en la vivienda. 

Aunque que los gastos estén a cuenta del propietario puede ahorrar ciertos trámites al inquilino, muchas agencias recomiendan que la titularidad recaiga sobre este último. Una de ellas es la Agencia Negociadora del Alquiler (ANA), quien aduce que está decisión repercute positivamente tanto sobre el inquilino como sobre el propietario: 

El arrendatario, por un lado, aumenta enormemente su poder de decisión. Si el propietario permite que sea él el que gestione este tipo de cosas, tendrá la posibilidad de elegir la compañía energética y la tarifa que mejor se adapten a su presupuesto y a sus hábitos de consumo. Esto es especialmente importante en un momento como este, en el que la espiral de precios encarece muchísimo tanto el vatio como el litro. Hoy más que nunca, conviene contratar una tarifa lo más personalizada posible. 

El propietario, por otro lado, se beneficia a su vez del grado de libertad que concede al arrendatario. Principalmente, no tendrá que preocuparse de mandarle todos los meses la factura ni de tener que ponerse a insistir en caso de que no abone la factura. Además, también dejará en manos del inquilino todo lo relacionado con el trato con la compañía. Se ahorra el tener que rescindir el contrato o de dar de baja los servicios. 

Una vez se ha acordado que el inquilino tiene que asumir el coste de los suministros, puede ocurrir que no sea capaz de pagar. ¿Qué pasa en estos casos? Como siempre, lo primero que podemos esperar es que la compañía corte tanto el agua como el gas hasta que el inquilino se ponga al corriente.

Para que vuelva a pagar, lo primero que debe hacer el propietario es tratar de dialogar con él. Hablar siempre será la primera opción. Si no hay perspectiva de que asuma su responsabilidad, podrá interponer una demanda de desahucio por incumplimiento del contrato. En caso de que sea el propietario el que haya dejado de pagar las facturas, el arrendatario puede demandarle por coacción, pues se entiende que está tratando de echarle de la casa por medios ilegales.