Nuestros perros son nuestros amigos inseparables. Por eso, es habitual que queramos llevarlos con nosotros cuando nos vamos de viaje. Al margen de las vacaciones, hay otros momentos cotidianos en los que nuestra mascota tendrá que subirse al coche: desde ir al veterinario hasta acompañarte en un día de compras o salir a comer. Por todo ello, resulta imperativo saber cómo llevar correctamente al perro en el coche, tanto por su seguridad como para evitar multas.

Según estadísticas de la Dirección General de Tráfico, uno de cada cinco usuarios lleva a su mascota en el coche sin ningún sistema de protección. Un 87 % utiliza sistemas de retención; un 11 % coloca al animal en el maletero, separado de los ocupantes, pero sin la retención y protección adecuadas; mientras que un 1 % llevan al animal suelto en el vehículo o en brazos de un ocupante.

¿Puedo llevar al perro en el maletero?

El artículo 18 del Reglamento General de Circulación establece que “el conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía. A estos efectos, deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos”.

De este modo, llevar al perro suelto en el coche puede conllevar una sanción de 80 euros, que llegaría hasta los 500 si el animal está en el habitáculo del conductor. El can debe ir debidamente sujeto para evitar que entorpezca la conducción y prevenir su propio daño y el daño a otras personas en caso de accidente.

Dentro de esta premisa, una de las formas recomendadas para llevar en el coche a un perro es dentro del transportín. Este debe ir en el suelo, detrás de los asientos delanteros. Si se trata de un perro grande, puede ir en el maletero con el transportín en posición transversal al sentido de la marcha y debidamente sujeto para que no se desplace en caso de impacto. Además, es aconsejable instalar una rejilla que separe la zona donde está el transportín del resto del espacio del maletero.

También puedes llevar al perro en los asientos traseros agarrado con un arnés de doble sujeción y el pertinente cinturón de seguridad. Asegurándote siempre de que no puede desplazarse libremente por el interior del vehículo, para lo cual es útil usar una rejilla o red de separación respecto a los asientos delanteros.

¿Me pueden multar si mi perro se asoma por la ventanilla?

El Reglamento General de Circulación no hace mención a esta cuestión, pero sí puedes recibir una sanción atendiendo al artículo 18 citado anteriormente si el hecho de que tu perro esté asomado por la ventanilla entorpece tu conducción o pone en peligro la seguridad de los usuarios.

Además, esta práctica es peligrosa para el animal, pues puede impactar contra algo o metérsele algún agente externo como un insecto o polvo en los ojos, la boca o las orejas.