En los últimos años se ha registrado un fenómeno comercial paralelo a las exigencias de la crisis: la apertura de numerosas tiendas de compra y venta de artículos de segunda mano. Las hay de todo tipo: de libros, ropa, complementos, muebles, oro, plata, artículos de bebé, móviles, etc.
Los dueños quieren deshacerse de aquellos productos que ya no necesitan porque, con la coyuntura actual, compras que hace pocos años resultaban prácticas, atractivas o simples caprichos se han convertido en cosas superfluas de cuya venta puede obtenerse un dinero que en un futuro cercano puede ser muy útil. El intercambio se realiza entre particulares, en tiendas especializadas en artículos de segunda mano, en mercados o rastrillos y por Internet, una de las fórmulas que más se utiliza. Las ventajas económicas tanto para el comprador como para el vendedor son claras, pero hay que tener en cuenta también una serie de inconvenientes que este tipo de productos usados pueden tener frente a los artículos nuevos.
Comprobar el producto antes de comprarlo es el principal consejo. No obstante, existe un plazo de al menos un año de garantía, frente a los dos obligatorios de los bienes nuevos, cuando la compra se realiza en una empresa. Si la venta se efectúa entre particulares, queda regulada por el Código Civil, que decreta un plazo de seis meses para detectar defectos ocultos.
Comprar cosas usadas puede ser muy práctico, ecológico y conveniente porque ahorra dinero, pero también entraña un riesgo. Los consumidores lo saben y por ello, el mercado está más o menos desarrollado dependiendo del producto y de su demanda, que a su vez obedece al precio final y al resultado de cada producto.
Estos negocios, normalmente, compran objetos usados en buen estado para luego venderlos a un precio bastante rebajado, y casi siempre bajo la combinación de buen precio y buena calidad. De manera que, podremos deshacernos de aquello que no necesitemos, o bien conseguir liquidez con artículos que ya hemos disfrutado.
Y si queremos vender…
De igual forma que cuando vamos a comprar visitamos distintos establecimientos para comprar el precio en un mismo artículo, a la hora de ir a vender la técnica es la misma. Visitaremos las tiendas que se dedican a este negocio, con el objetivo de conocer el precio ofrecido por nuestro artículo, seremos nosotros los que finalmente nos decidiremos a entregarlo por el precio o condiciones pactadas, ya que tenemos que tener en cuenta que quizás nos ofrezcan no pagarnos el artículo hasta que el establecimiento consiga su venta.
No obstante, el acuerdo que alcancemos tendrá que quedar reflejado en un contrato, donde se plasmarán no solo los datos personales del vendedor y el comprador, sino también las características del artículo y las condiciones de venta (precio, entrega, custodia, etc.).
En general, las tiendas saben cuál es el precio que podría costar el artículo que entregues en un comercio de “primera mano” y lo toman como referencia para poner un precio que les reporte beneficios y que a la vez resulte competitivo para el futuro comprador. En otras ocasiones el artículo puede estar obsoleto y el establecimiento no conoce cuál podría ser este precio de referencia, pero la persona que mejor conoce el valor del producto es su dueño, por lo tanto es importante que negocie.
Cuando llevamos el artículo a la tienda, éste lo revisa y si está en perfecto estado de uso, lo tasa, pues la mayoría hacen especial hincapié en vender solo artículos que estén en buen estado de funcionamiento, venden lo que comprarías en una tienda “de primera mano”. Dependiendo del establecimiento veremos que los valores de tasación pueden variar, así como el beneficio que se obtendrá y el tiempo en el que estará a disposición para la venta.
Normalmente hay que firmar un contrato de depósito, en el cual vienen detallados todos los aspectos de la venta; así por ejemplo hay algunos en los que una vez vendido el producto y pasado un período de devolución, el dueño del producto se queda con el 50 % del valor tasado.
Sin embargo, en otros negocios este porcentaje puede variar pero en todo caso el precio del artículo y el beneficio económico y por lo tanto el reparto que se hará, se pacta entre las dos partes, es decir entre el establecimiento y el depositario.
Incluso nos podemos encontrar con tiendas que tienen un precio fijo. Pagan una cantidad fija sin realizar ninguna tasación, no hay reparto de beneficios pues en el momento de la entrega del producto, pagan ese importe que se haya pactado entre ambos.
No obstante, lo que debemos hacer es negociar y asegurarnos de las condiciones de venta, leer toda la información relativa a las mismas antes de depositarlo o entregarlo en la tienda, y asegurarnos de que comprendemos bien todas las cláusulas del contrato, para no encontrarnos con sorpresas de ningún tipo.
Si el artículo se vende, la tienda y el propietario se repartirán el beneficio pactado, pero hay en ocasiones en las que el tiempo transcurre y el artículo no ha sido vendido, entonces algunas tiendas dan la posibilidad de alagar el período de venta, renegociar el precio para volver a sacar el producto a la venta a un precio más bajo, donarlo a alguna ONG o llevarse el artículo de vuelta para casa.
Otras opciones: Internet
En algunos casos, usted puede pensar que su artículo vale más de lo que la tienda le tasa, o que haya pasado el tiempo y el artículo no se venda, pues aun así le queda otra vía de escape: Internet. Existen varias formas para poder vender en Internet; webs de compraventa, tiendas online de subastas, etc. Pero ojo con la red, pues de la misma manera que en una tienda física, recomendamos que visite diferentes tiendas online para obtener el mejor precio, y no solo eso, sino que se debe cerciorar de que es una web fiable y segura.
No obstante, la mayoría de las ventas online se hacen entre particulares, por lo que tenemos que asegurarnos de que no se traten de estafas y que las condiciones de ventas sean claras y así no nos encontremos con sorpresas como por ejemplo, haber enviado el artículo y que no nos paguen.
Por lo tanto, hay que tener en cuenta todas las condiciones que no s impone las páginas web y las cláusulas que pactamos con los particulares para la venta de los artículos; principalmente hay que conocer aspectos tan importantes como el precio de venta, el reparto de beneficios, los gastos de transportes para el envío, los plazos de entrega o el modo de pago.
Medio Ambiente
Además, reutilizar es evitar que un producto vaya a la basura, pues cómo decíamos con este tipo de venta estamos reutilizando y reciclando, así contribuimos a la conservación el medio ambiente, y además gracias a este sistema estamos fomentado el ahorro.
Por todo ello, vender en las tiendas de segunda mano es una buena opción para dar salida a todos aquellos productos que están olvidados en armarios, trasteros, etc. Lo que sí debemos hacer es encontrar cosas que vender e informarse de las condiciones de venta pues aunque parezcan que todas funcionan igual, hay distintas formas de hacerlo.
Quiero vender, ¿dónde voy?
- Tiendas de Segunda Mano. Las hay dedicadas a la venta de electrodomésticos, informática, muebles, joyas o prendas de ropa. Los comerciantes pagan por quedarse estos artículos. Los clientes se deshacen de lo que no necesitas y ganan un dinero extra.
- Negocios de compra-venta de joyas y oro. Venta directa de oro y joyas a tiendas especializadas. No importa si las joyas están rotas, ni el trabajo de orfebrería, solamente se tiene en cuenta el peso del oro. El dinero se consigue entre 24 y 48 horas, aunque no se pueden recuperar las joyas,.
- Casas de empeño. Las joyas y los objetos se quedan depositados en la casa de empeño a cambio de una cantidad. Si el día fijado en el contrato no se ha pagado, la casa de empeño se queda con los objetos sin ninguna posibilidad de recuperación. El tiempo de duración del préstamo y la cantidad concedida varían en función del artículo y del comerciante, algunos de estos negocios conceden como máximo 300 € y la venta del artículo deberá ser por lo menos la cantidad prestada multiplicada por 3; otros conceden hasta 6.000 €, no hay normas establecidas para todos.
- Montes de Piedad. En España aparecen en 1.702. Pertenecen a las Cajas de Ahorros y tienen por tanto una seguridad jurídica. Nacieron para ayudar a los más necesitados y en estos tiempos de crisis se ha producido un importante incremento de nuevos clientes. El importe del préstamo suele ser de un 70 % del valor del objeto; el 30 % restante es para cubrir los gastos de gestión del préstamo. Al año, el cliente puede renovar el crédito por un año más, cancelar el préstamo pagando los intereses o renunciar al objeto; entonces éste se subasta y se obtiene un precio superior, la diferencia es para el cliente.