Con retraso
El impulso a la lucha contra el tabaco llega con retraso por la irrupción del Covid. El plan consta de cinco metas y 21 objetivos a desarrollar en los próximos cuatro año e incluye, entre otras medidas estrella, subir vía impuestos el precio del tabaco en todas sus formas (cajetillas, picadura y cigarrillos electrónicos) o el empaquetado genérico de las cajetillas. También se incluyen medidas de prevención y ayuda a los que quieran dejar este mal hábito. Pero a diferencia de sus predecesores en el cargo, esta vez la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha preferido dirigir su lucha contra el tabaco con una estrategia de salud en lugar de redactar una ley, al menos de momento. De no redactarse una ley, podría quedar en «papel mojado», advierte Francisco Lozano, presidente de la Red Europea de Prevención del Tabaquismo.
En la misma línea, se pronuncia Esteve Fernández, director de la Unidad de Control del Tabaco del Instituto Catalán de Oncología, centro colaborador de la Organización Mundial de la Salud. «El plan del Ministerio de Sanidad lo tiene todo, pero falta concreción. ¿De dónde sale el dinero para mejorar la prevención entre niños y jóvenes? ¿cómo reforzamos la atención primaria para ayudar a quienes quieren dejar su adicción? ¿o cómo conseguimos la implicación de todos los ministerios?. Sanidad no puede tomar la decisión de subir el precio del tabaco sin el apoyo de otros ministerios; necesitamos una ley para que las medidas sean efectivas y se cumplan», reclama Fernández. Estas son las principales medidas que plantea la estrategia de Sanidad.
Tabaco más caro en todas sus formas
El plan de Sanidad plantea la subida del precio del tabaco y sus derivados, vía impuestos, como una de las medidas más eficaces para reducir el consumo y evitar que los jóvenes se inicien en el hábito. Plantea un aumento no solo de las cajetillas tradicionales, sino del tabaco de liar y también de los nuevos e-cigarrillos, los dispositivos electrónicos que calientan el tabaco. España aún es el ‘estanco de Europa’ y mantiene uno de los precios más bajos. Aunque los impuestos suponen un porcentaje muy alto del precio final, aún no se acercan al coste de otros países de nuestro entorno. Esteve Fernández pone como ejemplo a Reino Unido o a Francia, donde la cajetilla de 20 cigarrillos cuesta unos 10 euros, frente a los 4-5 euros que cuesta en nuestro país. «En España deberíamos copiar a Francia con una subida gradual del precio hasta lograr un precio que disuada su consumo».
Empaquetado genérico sin marca
Es otra de las apuestas de la estrategia, reclamada desde hace años por las organizaciones de lucha contra el tabaco. El envasado genérico del tabaco quiere evitar que los paquetes sean un reclamo visual para los jóvenes, por lo que las cajetillas quedan indistinguibles unas de otras, salvo por una pequeña leyendo donde se lee la marca y el nombre del fabricante. «Sabemos que ha funcionado en Inglaterra, en Francia, Irlanda… y hay otros países que van a adoptarlo como Eslovaquia», recuerda Francisco Lozano.
Adiós al humo en los coches privados
Por primera vez, se plantea prohibir el consumo de tabaco en el interior de automóviles privados. La ley anterior lo hacía en vehículos públicos o industriales: ni taxis, ni VTC, ni autobuses, ni camiones. Pero en la práctica, un conductor cuando viaja solo en el vehículo puede fumar si no hay público en su interior. Ahora se va más lejos. No se regula por la protección a terceras personas o porque se pueda dañar a niños o mujeres embarazadas que vayan en el interior, el objetivo es que no se fume en un vehículo porque se sabe que hay partículas contaminantes del tabaco que permanecen en los coches. Otra razón es que encender un cigarrillo también puede ser un motivo de distracción al volante.
¿Se podrá fumar en la playa? ¿y en la terraza de un bar?
No queda claro, tal y como está redactada la estrategia. Pero en el punto de mira están las terrazas de bares y restaurantes, los estadios de fútbol o recintos deportivos y entornos donde haya niños o no haya distancia de seguridad. La pandemia de Covid ha sido una buena experiencia para entenderlo. Algunas comunidades, como Navarra, ya han prohibido fumar en terrazas por el covid y el miedo a la propagación por aerosoles. El País Vasco tampoco deja fumar en estadios de fútbol. Sanidad sí aconseja fomentar las iniciativas de ayuntamientos para convertir las playas en espacios sin humo, pero no va más lejos.
Sin publicidad (tampoco para los cigarrillos electrónicos)
Otro de los deseos del plan de Sanidad es «equiparar por ley la publicidad, promoción y patrocinio de productos relacionados y nuevos productos a la existente para productos del tabaco». Cuando se aprobó la ley de 2010 no había cigarrillos electrónicos ni productos de vapeo y no se podía prohibir, de ahí que se quiera refrescar la legislación. También se quiere mejorar la regulación de la venta de estos productos «con o sin nicotina» y prohibir los sabores y aromas que enmascaran el sabor del tabaco.