El actual escenario económico marcado por la galopante inflación -en el 9,8% a cierre de mazo-, las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania o la subida del euríbor está llevando a muchos consumidores a buscar alternativas para reducir gastos y mejorar la economía familiar. Una de ellas es cambiar de hipoteca.

Las tres principales operaciones para mejorar la hipoteca son la subrogación -supone mejorar las condiciones del préstamo hipotecario mediante un cambio de banco-; la cancelación y formalización de una nueva hipoteca -anular la hipoteca vigente y pedir un nuevo préstamo hipotecario en otra entidad bancaria-; y la novación -renegociar el préstamo con el banco con el que se ha contratado inicialmente la hipoteca, sin cambiar de entidad bancaria-.

En cuanto a las razones para cambiar la hipoteca destacan: rebajar del tipo de interés, modificar el plazo de amortización, reducir comisiones, eliminar cláusulas abusivas y recortar o mejorar vinculaciones o productos asociados a la hipoteca. Ahora bien, antes de negociar con la entidad bancaria, es fundamental tener claro en qué consiste la hipoteca actual, su fase del pago del crédito, cláusulas, comisiones y vinculaciones.

La oferta del mercado. Analizar y comparar las ofertas de varias entidades financieras para asegurarse de que las condiciones que ofrece el banco son las más adecuadas. Las hipotecas que ofrecen las entidades varían sus precios cada semana.

Capital que queda por amortizar. Suele resultar más rentable mejorar las condiciones de la hipoteca en los primeros años de vida del préstamo, porque en ese periodo es cuando se pagan básicamente los intereses y poco capital amortizado. Al contrario, si se cambia de hipoteca en sus últimos años, ya se han pagado casi todos los intereses y es más difícil amortizar los gastos derivados de la operación.

Los gastos derivados de la mejora de la hipoteca. El cambio de hipoteca implica abonar gastos. Para saber si compensa, es recomendable calcular la cuota de la nueva hipoteca y el tiempo que se tardará en amortizar la operación para saber si el ahorro que se consigue con el cambio de hipoteca es superior o no a los gastos que supone la operación.

La penalización por cancelación de la hipoteca con el antiguo banco. Conocer las implicaciones y penalizaciones de cancelar la hipoteca con el antiguo banco y las cláusulas del contrato es clave para evitar sorpresas y no pagar más.

Los productos asociados a la nueva hipoteca. El banco con el que se formalice la nueva operación puede pedir condiciones como contratar seguros de vida y hogar, planes de pensiones o tarjetas de crédito, por lo que hay que valorar qué implican y si son realmente convenientes.

La seguridad. Si se busca estabilidad a futuro, los tipos de interés fijos se encuentran actualmente en niveles mínimos, por lo que es un buen momento para cambiar de un tipo de interés variable a uno fijo.