¿Cómo funcionan los reductores de caudal y dónde deberías tenerlos para ahorrar hasta un 50%?
Nos hemos empeñado en reducir el gasto en los suministros del hogar, más de una generación se está enfrentando por primera vez, económicamente hablando, a una subida generalizada de los precios. Es hora de analizar cualquier resquicio y en Uppers hemos puesto el foco de atención en rebajar el consumo de agua que además empezará a escasear si no llueve lo suficiente. Una solución efectiva son los reductores de caudal de modo que vamos a explicar cómo funcionan los reductores de caudal y dónde deberías tenerlos para ahorrar hasta un 50% en la factura del agua.
Con la utilización de un reductor de caudal en todos los grifos de casa en los que sea susceptible su instalación se gasta menos cantidad de agua, baja el recibo y se contribuye a la disminución de la huella medioambiental que ocasiona cada hogar. Además, prácticamente es difícil percatarse de que sale menos cantidad de agua a la hora de ducharse, lavarse las manos o aclarar una bayeta.
Cómo funciona el reductor de caudal
Un reductor de caudal de agua es un pequeño dispositivo que se coloca en el extremo de la salida de agua y tiene la función de disminuir la cantidad que sale por la boca del grifo. Este dispositivo tiene forma de cilindro con dos extremos: uno es de rosca exterior o de rosca interior, para adaptarse a los distintos tipos de grifo, y el otro extremo consta de unos filtros o un sistema de estrangulamiento en su interior que son los que frenan el caudal en un 50% de media.
En la ducha también es posible instalar el reductor en el tubo flexible, en el sistema de anillas o en el cabezal que es lo que conocemos como la alcachofa. Dichos cabezales permiten varias posiciones que provocan que el agua salga con mayor o menor intensidad. En estos casos, según los fabricantes, dependiendo de la posición de la alcachofa el ahorro de agua oscila entre un 41% y un 79%, de modo que es una opción muy significativa que reduce el consumo y la factura.
Otra solución es instalar aireadores, muy parecidos en su forma a los reductores de caudal, y que actúan como un filtro, pero disponen en su interior de numerosas rejillas que transforman el agua en burbujas de aire. En este caso, el agua sigue saliendo con presión y se percibe que el chorro es más grueso y sin embargo llega una cantidad menor de líquido.
En el mercado hay disponibles diversos modelos de reductores de caudal y de aireadores que se adaptan a cada grifo con precios bastante económicos según los materiales, las marcas y el establecimiento, pero no suelen costar más de 10 euros. En cuanto a los cabezales para la ducha o el grifo del fregadero de la cocina rondan los 20 euros y consiguen que se reduzca el consumo según la posición hasta en un 75% como se ha explicado.
La principal ventaja de este tipo de sistemas de ahorro de agua es que se trata de objetos cuya instalación es bien sencilla en casi todos los grifos convencionales. Por otra parte, muchas unidades ya disponen de estos sistemas de aireación o de reducción del caudal de agua incorporados con lo que se debe apostar por ellas si hay necesidad de cambiar el grifo entero.

