Y, ya que estás, aprovecha para limpiar el cajetín y el tambor de la lavadora con la misma mezcla. Ponla en el depósito del detergente y programa un ciclo largo de lavado con temperatura. Una vez que acabe, seca bien la goma de la lavadora y el tambor. Y deja la puerta abierta. Acostúmbrate a dejarla así cada vez que acaba un lavado para evitar que se acumule la humedad en su interior y, de esta forma, ahorrarte posibles problemas en el futuro.