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Decálogo para prevenir intoxicaciones alimentarias en verano

Decálogo para prevenir intoxicaciones alimentarias en verano

Convertir un alimento inocuo en un producto peligroso está, en muchos casos de las intoxicaciones alimentarias que se sufren, en manos, nunca mejor dicho, del uso que haga del producto el consumidor.

Además, la apariencia del alimento que se va a consumir, no es suficiente. «La contaminación microbiana, incluso elevada, no tiene por qué manifestarse en el deterioro perceptible del alimento», alerta la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Asean).

Los cuchillos, tablas de cortar, superficies, trapos de cocina, bayetas y otros tantos utensilios que manejamos en nuestras cocinas pueden contaminar un alimento cocinado si estos objetos no están lo suficientemente limpios y entran en contacto con un alimento crudo. El calor, no hace más que acelerar estos procesos.

Los meses de verano constituyen una época especialmente crítica, porque las altas temperaturas favorecen el desarrollo de microorganismos.

«El trapo de cocina o la bayeta puede ser un excelente vehículo de contaminación», advirte Aesan que, de cara al verano, ha realizado un decálogo para prevenir las intoxicaciones alimentarias en casa.

1.- Consumir alimentos que hayan sido tratados o manipulados higiénicamente

No se debe consumir leche cruda sin tratamiento térmico previo. Las carnes, pescados y productos de repostería deben estar refrigerados o congelados. En los establecimientos de restauración es obligatorio el empleo de ovoproductos en la elaboración de platos a base de huevo crudo en los que no se alcancen al menos 70 °C durante dos segundos en el centro del producto o 63 °C durante veinte segundos en el centro del producto si se sirve para su consumo inmediato. Si preparas estos alimentos en casa, debes consumirlos inmediatamente, no aprovechar las sobras y, de no consumir de inmediato, conservarlos en frío. El lavado de los huevos no está recomendado, pero si lavas los huevos antes de utilizarlos porque estén muy sucios, debes hacerlo inmediatamente antes de su uso.

2.- Cocinar correctamente los alimentos de origen animal

Los alimentos pueden estar contaminados por microorganismos, los cuales pueden ser destruidos por el calor. La temperatura a la que debe someterse el alimento debe ser suficiente para que este alcance un mínimo de 70 °C en el centro del producto, al menos durante 2 minutos. Es posible guiarse por el cambio de color que se produce en el centro de la carne o del pescado.

3.-Consumir los alimentos inmediatamente después de ser cocinados

Evita dejar los alimentos cocinados a temperatura ambiente. Es la mejor manera de que no proliferen los gérmenes.

4.-Conservar correctamente los alimentos cocinados

Los alimentos que no puedan ser consumidos inmediatamente o las sobras que se quieran guardar, deben mantenerse bajo la acción del calor, por encima de 60 °C, o del frío, a 5 °C como máximo.

Con el fin de prevenir la anisakiasis, si vas a preparar en casa pescado crudo o poco cocinado (preparaciones culinarias como los boquerones en vinagre), hazlo después de haberlo mantenido congelado durante cinco días a una temperatura de -20 °C o inferior. Esta temperatura solo se alcanza en frigoríficos de tres estrellas (***) o más. Si tu frigorífico tiene menos de tres estrellas, compra el pescado ya congelado.

5.- Calentar suficientemente los alimentos cocinados

Para conservarlos después de su preparación, puedes mantener caliente hasta su consumo aquellos alimentos que lo permitan (sopas, purés, guisos…). Otro tipo de alimentos que no puedan ser sometidos a calor (ensaladas, gazpachos, etc.), deben ser refrigerados inmediatamente. Las sobras de comidas deben refrigerarse lo antes posible, no debiendo estar más de 2 horas a temperatura ambiente.

No siempre es posible aprovechar sobras de una comida anterior, pero si decides hacerlo, calienta dichas sobras a la temperatura máxima antes de consumirlo (70 °C durante dos minutos). Si utilizas microondas para cocinar o recalentar los alimentos, sigue las instrucciones del fabricante para elegir el tiempo y potencia adecuados, asegurando que se alcanza la temperatura mencionada anteriormente.

6.- Evitar el contacto entre los alimentos crudos y los cocinados

Un alimento cocinado puede volver a contaminarse por contacto con los alimentos crudos o con objetos que anteriormente hayan contactado con un alimento crudo (cuchillos, tablas, superficies, trapos, etc.).

El trapo de cocina o la bayeta puede ser un excelente vehículo de contaminación. Es preferible usar papel de cocina.

7.-Asegurar una correcta higiene de la persona que va a manipular los alimentos y una limpieza adecuada en todas las superficies de la cocina

La persona que manipule alimentos, debe observar unas estrictas prácticas higiénicas. Es imprescindible que tenga las manos siempre limpias, que se las lave cada vez que haga falta y siempre que haga uso del servicio.

Las superficies donde se manipulan los alimentos (tablas de cortar, encimeras), así como los utensilios de cocina, deben mantenerse limpios. Se debe tener especial cuidado en almacenar la basura en recipientes lisos, lavables y cerrados y que estos no se encuentren cerca de los alimentos.

8.-Mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores y animales de compañía

No hay que olvidar que los animales pueden ser portadores de gérmenes patógenos y parásitos que originan enfermedades de transmisión alimentaria.

9.- Utilizar exclusivamente agua potable

El agua potable no es sólo imprescindible para beber, sino también para preparar los alimentos. Las aguas envasadas o aguas de la red pública de distribución en la población son potables. No se debe beber ni usar agua procedente de pozos que no esté potabilizada.

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