El INE publicó ayer una radiografía de la evolución del gasto de los hogares españoles en el año de la pandemia. La última encuesta de presupuestos familiares acredita una caída del gasto medio del 10,7%, al pasar de 30.243 euros en el 2019 a 26.996 euros el año pasado. Según señala el Instituto Nacional de Estadística, se trata del mayor descenso registrado de la serie, iniciada en el 2006. El gasto medio por familia, por debajo de los 27.000 euros, es además el más bajo de los últimos 15 años, incluso respecto al periodo marcado por la crisis financiera.
Debido a las restricciones a la movilidad, así como la congelación de la actividad económica con hasta 3,6 millones de trabajadores en ERTE, el presupuesto de las familias se contrajo en solo unos meses en más de 3.000 euros, reflejando una caída en prácticamente todas los aspectos presupuestarios. En el 2020, solo aumentó el desembolso de los hogares en vivienda, luz, agua, gas (+1,9%) y en alimentación (+6,8%). En cambio, los descensos más significativos en el consumo se produjeron en restaurantes y hoteles (-40,5%), ocio y cultura (-31,9%), transporte (-29,5%) y vestido y calzado (-28,8%).
Esta fuerte reducción del consumo contribuye a explicar que la tasa de ahorro sobre la renta disponible en el 2020 alcanzó un nivel récord, hasta el 14,8%.
Pese a la extensión del comercio electrónico, durante el confinamiento las familias dedicaron un 81% menos a comprar ropa y calzado. El desplome del gasto fue similar en los gastos en bares, restaurantes y hoteles, mientras que en el caso del transporte y las actividades de ocio, la contracción de la factura de los hogares rondó el 45%. Tan solo creció el gasto que tenía que ver con la alimentación (+14,1%) y las comunicaciones (+1,3%).
El consumo de las familias es uno de los puntales de la recuperación económica. Instituciones como el Banco de España han destacado la incertidumbre que rodea a la evolución del gasto privado y del importante volumen de ahorro acumulado desde marzo del 2019 –en parte, forzado por las restricciones–. Además, esperan que los hogares con rentas más altas sigan sin tocar parte de sus ahorros por temor a una subida de impuestos o a nuevas situaciones de crisis, mientras que aquellos con rentas más bajas tratarán de mantener un consumo moderado, debido al deterioro de su situación económica por las dificultades que arrastran por culpa de la pandemia.
