La presencia de óxido de etileno en un aditivo utilizado para la fabricación de helados ha hecho saltar las alarmas alimentarias en Europa. Sin embargo, las autoridades no han aclarado qué lotes de helado están afectos. No obstante, aseguran que ya se han retirado los productos defectuosos.

Qué es el óxido de etileno y cuándo saltó la alarma

La alerta saltó a finales del mes de junio cuando la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), en consonancia con los países de su entorno, instó a las empresas alimentarias a la retirada del mercado de todos los productos elaborados con el E410 -goma de garrofín o algarroba, un aditivo alimentario contaminado con óxido de etileno. En concreto, se encontró en la fabricación de helados, pues el aditivo se utiliza como estabilizante.

Esta sustancia es un químico que está prohibido en la Unión Europea desde 1991 como plaguicida y desde 2011 su uso está prohibido como producto para la protección de alimentos y piensos. No obstante, sigue estando autorizado para la desinfección de equipos médicos. Se trata de gas «extremadamente inflamable» y «tóxico», el óxido de etileno puede «causar cáncer» e inducir «anomalías genéticas», según el perfil toxicológico establecido por el Instituto Nacional de Investigación y Seguridad (INRS).

Qué helados están afectados por la presencia de óxido de etileno

AESAN, en representación de la Comisión Europea, solicitó a las empresas alimentarias que retirasen de la cadena de comercialización todos los productos presuntamente afectados. Sin embargo, no se han dado a conocer las marcas.  

Además, la entiende que como los estabilizantes usados en la fabricación de helados suelen utilizarse también en otro tipo de alimentos, como los postres lácteos y las salsas, se debería comprobar si ha podido llegar a otro tipo de productos. Y recuerda que el acceso a una información clara y transparente es uno de los derechos básicos del consumidor.

Qué riesgo tiene el óxido de etileno detectado en los helados

El último comunicado de AESAN, publicado el jueves, comparte la preocupación de los consumidores por el problema que supone la presencia de residuos de óxido de etileno en alimentos. De hecho, es una alerta que comenzó a detectarse desde septiembre de 2020. Sin embargo, los nieves de óxido de etileno detectados en algunos lotes del aditivo E410, que se han utilizado para la fabricación de alimentos son muy bajos y están por debajo del límite legal de 0,02 mg/kg.

Asimismo, AESAN asegura que no todos los lotes del aditivo E410 estaban contaminados, que los alimentos contaminados con óxido de etileno han sido retirados del mercado y que, por tanto, los productos que están en el mercado son seguros y cumplen con la legislación vigente.

«Las actuaciones encaminadas a retirar del mercado los lotes afectados y reforzar las medidas de control garantizan una nula exposición de esta sustancia en el futuro, constituyendo unas medidas de gestión del riesgo muy eficaces de cara a garantizar la seguridad alimentaria», explica AESAN. «Estamos en contacto con las empresas alimentarias en las que se han fabricado o distribuido productos con residuos de óxido de etileno, a fin de que informen sobre los productos afectados», añade.