Castilla-La Mancha, con un punto de recarga público para vehículos eléctricos cada 112, 2 km2; Extremadura, con uno cada 111 km2, y Aragón, con uno cada 98,4 km2, son las comunidades autónomas con los peores índices de distribución de estos sistemas.

La mitad del país, coincidente con las provincias menos pobladas -la denominada ‘España vaciada‘-, cuenta solo con el 15 % de los puntos de recarga públicos para vehículos eléctricos, mientras que Madrid y Barcelona -que suponen el 3 % de la superficie nacional- aglutinan el 28 % de los cargadores desplegados.

Según un informe elaborado por la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (Transport & Environment, en inglés) y la organización sin ánimo de lucro Ecodes, la mayoría de puntos se ubican en las provincias donde se sitúan las grandes urbes del país.

Así, en Madrid, Barcelona y Bizkaia existe un cargador cada 5 kilómetros cuadrados (km2) o menos, mientras que en Soria, Teruel y Cuenca la densidad de la infraestructura se eleva a los 200-250 km2 por punto.

Por comunidad autónoma, Madrid, con un punto cada 3,3 km2; Ceuta y Melilla, con uno cada 4,6 km2; Baleares, con uno cada 4,9 km2, Cataluña, con uno cada 7,1 km2, y País Vasco, con uno cada 8,2 km2, son aquellas con una red de carga más densa en España.

Por el contrario, Castilla-La Mancha, con un cargador cada 112, 2 km2; Extremadura, con uno cada 111 km2, y Aragón, con uno cada 98,4 km2, son las comunidades autónomas con los peores índices de distribución de puntos para vehículos eléctricos.