Grooming, vamping, ciberbulling y otros riesgos de internet para tus hijos que igual desconoces
Internet y las nuevas tecnologías son una fuente de estímulos, democratizan el acceso a la información, ayudan a la formación pero también tiene sus riesgos. ¿Cuándo dar un móvil a tu hijo? ¿Cuándo regalar la primera videoconsola? ¿Qué hacen en las redes?Educar en un uso correcto del móvil, los videojuegos o el ordenador es algo que debe empezar desde la infancia. Cuando damos las primeras pantallas para que se entretengan.
«Muchas veces me encargan charlas en cursos de Secundaria, ahí ya llegamos tarde, en últimos cursos de Primaria, tampoco, creo que debemos empezar a formar e informar sobre las nuevas tecnologías desde Infantil», señala el psicólogo sanitario especialista en TIC y colaborador del Incibe, David Cortejoso. Esa labor de formación surge en guías, como la editada por el Ayuntamiento de Burgos, pero también en charlas. Cortejoso ofrece hoy viernes una charla en la Sala Polisón del Teatro Principal a partir de las 19 horas sobre los riesgos de las TIC para nuestros hijos.
Este experto recuerda que «Antes de los 16 los chavales no tienen capacidad para manejar los problemas que se van a encontrar en las redes, porque el móvil para lo que menos lo quieren usar es para lo que sus padres se lo quieren comprar que es estar en contacto a la salida del instituto, de las escolares…», explica. Los expertos señalan que dar un smartphone es darles a los jóvenes «el acceso a un mundo para el que no les educamos y es un mundo lleno de peligros en el que les dejamos huérfanos».
Existen multitud de problemas y riesgos que, en muchas ocasiones, padres y jóvenes desconocen. Como por ejemplo:
– Ciberbulling. ES el acoso entre menores a través de las redes, el móvil. Pueden ser desde insultos, envío de información manipulada, fotografías… Si eres quien promueve o alimenta este acoso no es un abroma, puede tener consecuencias graves y es un delito tipificado por el Código Penal. Si eres víctima habla, denúncialo y recopila pruebas.
– Sexting. Es el envío de imágenes o vídeos de contenido erótico, pornográfico, sensual o provocativo por parte de chicos y chicas a través de las nuevas tecnologías. Enviar mensajes de imágenes o vídeos que quien recibe o visiona puede difundir a terceros sin consentimiento del emisor.
– Grooming. El acoso de un adulto, o un menor de diferente edad cronológica o psicológica, a otro niño menor. La persona acosadora utiliza imágenes, capturas o vídeos comprometedores de los menores y se las envía para chantajear con el fin de quedar físicamente y abusar sexualmente de él o de ella. Generalmente existe un contacto previo a través de juegos on line, chats para ganarse su confianza.
– Vamping. El uso de las tecnologías y las pantallas hasta altas horas de la noche que genera una reducción de la horas de sueño y que ya llegan al colegio. «Los docentes ya lo dicen que se duermen en clase porque no descansan».
– Aislamiento. Pasar horas en el ordenador jugando al Fornite. Menores que dejan de hacer lo que antes les gustaba salir, jugar, practicar fútbol y lo cambian por jugar a los videojuegos, a conectarse en las redes, en internet… Cuando cambias sus hábitos hay un problema de uso excesivo, abuso o enganche a las nuevas tecnologías.
– Exhibicionismo. Muchas redes sociales implican imágenes comprometidas. Un exhibicionismo de nuestro día a día, que en ocasiones, los padres han utilizado desde que el niño nace radiando su día a día. Eso genera una necesidad de exhibirse de «pensar que todo vale para ganar seguidores»
– El falso espejo espejo de la vida perfecta. El seguimiento de personajes creados para la exhibición en redes sociales, como Instagram y los conocidos Influencers se puede generar como el anhelo de lo que queremos ser de mayores. «Son un modelo irreal porque lo que venden no es su vida real, es una idealización de vida perfecta que no existe»
Quizás el problema es que los padres tampoco hacemos un uso correcto. Cortejoso pone como ejemplo la exposición excesiva de algunos menores. «Consideramos a los hijos como de nuestra propiedad y exhibimos su día a día en las redes sociales, a donde vamos, donde vivimos, dónde estamos, eso está al acceso de cualquiera y vulneramos su derecho a la identidad digital, al uso de su imagen y, lo que es peor, los ponemos en peligro».
La exposición excesiva a las pantallas, a las redes sociales, a los videojuegos generan, también, nuevos problemas que ya llegan a los gabinetes psicológicos. «Nos llegan cada vez más problemas de autoestima, de ansiedad, depresiones también situaciones de aislamiento en la habitación y deriva en situaciones críticas como autolesiones o intentos de suicidio», avisa David Cortejoso. El problema cuando llegan estos niños es que vienen por indicación de sus padres y no por convencimiento propio. «El psicólogo necesita la convicción del paciente para que funcione, necesita su colaboración y si no está convencido es más difícil intervenir», señala.