La banca española mantiene la segunda red de oficinas por habitante de la Eurozona pese a los cierres
La estadística parece contradecir a la percepción. Pese al continuo goteo de cierre de sucursales, la red de oficinas de la banca española es la segunda más grande de la Eurozona en términos de cobertura poblacional. Según un informe confidencial del sector, al que ha tenido acceso OKDIARIO, la ratio de oficinas bancarias por cada 10.000 habitantes se sitúa en 3,8. Solo le supera Francia (5,1 oficinas). Tras España se sitúan Austria (3,7 sucursales), Italia (3,6 oficinas) y Portugal (3,5). Referencias económicas como Alemania (2,5) e Irlanda (2 sucursales) quedan muy atrás.
La media de la Eurozona (sin Croacia) se sitúa en 3,2 oficinas por cada 10.000 habitantes. Por debajo de esa cota están Bélgica (1,7 oficinas), Grecia y Finlandia (1,4), Suecia (1,3) y, mucho más alejada, Holanda, con 0,4 sucursales de banca por cada 10.000 habitantes.
En España, la densidad de la red que muestra la ratio solapa los efectos del goteo de cierre de sucursales de los últimos años. Sólo entre abril de 2022 y el 31 de marzo de 2023, las entidades financieras españolas cerraron 900 oficinas bancarias.
La tendencia es europea, no sólo española. En la Eurozona la banca cerró durante 2021 -últimos datos disponibles- un total de 5.376 sucursales, un recorte del 4,7%. Según el BCE, donde más oficinas de banca se han cerrado ha sido en Francia (1.393), seguida por España (1.319), Alemania (1.265), Italia (704) y Polonia, que cerró 352 oficinas.
A pesar de esos recortes, las redes bancarias más extensas en cifras absolutas están en los siguientes países:
- Francia: 34.298 oficinas en funcionamiento
- Italia: 20.985
- Alemania: 20.432
- España: 17.851
- Polonia: 9.759
Banca: eficiencia o presencia
La red de oficinas de la banca española se redujo el 7,23% en el último año, según los datos del Banco Central Europeo (BCE). Tras esa minoración, la red quedó con un total de 17.851 sucursales operativas. Sólo en 2021, la banca española cerró 1.391 oficinas. Aunque si se compara con la red de 2018, el recorte es del 31,7%, con 8.351 oficinas de banca menos.
Tras las sucesivas crisis financiera (2010) y sanitaria (2019), la banca española ha pasado, primero, por una importante reducción de su capacidad y red de oficinas que, en términos operativos, ha sido compensada con la tecnología.
La cascada de fusiones y la transformación de las cajas (de entidades sin ánimo de lucro a sociedades financieras puras) ha llevado a una obligada racionalización de costes, el análisis de la rentabilidad de las oficinas y, con ello, al cierre de sucursales. Como señalaba recientemente el responsable de uno de los grandes bancos españoles, mantener una red de sucursales es caro y la banca ha de elegir entre mantener oficinas no rentables o invertir.
Sin embargo, la extensión territorial ha puesto en evidencia (especialmente en la llamada España vaciada) que el problema es tanto geográfico como generacional,y de acceso a las tecnologías de telecomunicaciones.
La clientela urbana acoge y se adapta rápidamente a las nuevas web, apps, a las cuentas online; a la compra directa (online) de valores del Tesoro y a productos y servicios como las tarjetas virtuales o el pago móvil. En cambio, en otras poblaciones el cierre de -en ocasiones- la única sucursal de la localidad representa -al margen de su cultura financiera- una pérdida de calidad de vida evidente y una diferente relación con su banco.
Las protestas vecinales en Galicia (por cierres de Abanca) o Andalucía (por CajaSur) son sólo muestras del descontento poblacional. Otras han movido a todos los poderes políticos como la protagonizada por el médico jubilado Carlos Sanjuán, que recogió 600.000 firmas con su campaña Soy mayor, no idiota contra la exclusión financiera a los mayores. Vistas las protestas, la presión política ha acelerado iniciativas del sector que, hasta ese momento, aguantaba las críticas sin publicitar sus acciones.
Formación financiera
Para paliar la pérdida de capilaridad que supone el cierre de oficinas, la banca empieza a desplegar mil y una acciones que le aseguren una presencia mayor, eviten la entrada de la competencia y, de paso, suavicen su imagen.
Como sector, las patronales AEB (banca), CECA (antiguas cajas de ahorro) y Unacc (cooperativas de crédito) tienen suscrito un acuerdo con Correos para facilitar la retirada de dinero y mejorar el acceso a los servicios financieros básicos en zonas rurales de todo el territorio nacional. Clave para las zonas rurales.
Entidades como CaixaBank reiteran su compromiso de no cerrar oficinas que supongan dejar alguna localidad sin servicio bancario. Para otras, en las que no contaba con oficina, la entidad cuenta con un servicio de Oficina móvil: una pequeña flota de autobuses que da servicio cada semana en la llamada España vaciada.
La gran mayoría de entidades potencia, desde hace semestres, la figura de los asesores, con los que cualquier cliente (o potencial cliente) puede contactar en la propia oficina bancaria, de forma online o telefónica, para plantear sus dudas y necesidades. Santander y Sabadell destacan desde hace tiempo su preocupación por ofrecer una atención personalizada y un asesoramiento específico para cada usuario, y mantienen un crecimiento casi permanente de su base de asesores.
Otra pata de esta transición hacia la universalización de la banca a distancia está en el desarrollo de las iniciativas más diversas para ampliar la formación financiera del ciudadano medio: desde promover que la educación financiera se inicie en los institutos de Secundaria y centros de Formación Profesional a ofrecer cursos desde las propias entidades.
La última iniciativa la ha lanzado la Ceca. La patronal de las antiguas cajas de ahorro, a través de su fundación, Funcas, ha promovido y producido una obra de teatro con la compañía de Blanca Marsillach (Las cosas fáciles) para promover la educación financiera que realizará una gira por varias ciudades españolas. El cambio sigue su curso.