La renuencia de la banca a traducir la subida de los tipos en una remuneración del ahorro ha colocado al sector en el centro de la polémica, con reproches directos desde varios miembros del Gobierno y advertencias desde la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). El Banco de España cifraba días atrás en unos 3.250 millones de euros el dinero que han economizado con su estrategia, pero también validó que hay una correlación directa entre las entidades que pagan menos por los depósitos y cobran más baratos los créditos como excusan las entidades para defender su estrategia. Y la realidad es que sus precios y rentabilidades están a la cola de Europa en ambos productos.

En hipotecas, las entidades aplicaban en España un interés del 3,47% el pasado mes de abril para préstamos con un tipo fijo a un plazo inferior al año, operaciones asimilables al préstamo a precio variable, y del 3,47% si ese blindaje en las cuotas excede los 10 años, que suelen asociarse normalmente a operaciones a tipo fijo, de acuerdo a las últimas estadísticas del Banco Central Europeo (BCE).

En ambos casos, supone un precio inferior al 4,03% y 3,13% estimado, respectivamente, como media para el conjunto de la zona euro y confirma que la financiación para adquisición de vivienda resulta en España la más económica del Viejo Continente tras la oferta de las entidades de Francia y Croacia, ambas por debajo o cerca del 3%.

De promedio, el interés aplicado por las entidades en la nueva concesión en España representa más del 85% del precio medio para las nuevas hipotecas de la eurozona y es fruto también de la fuerte competencia que vive la banca cuando el negocio nuevo retrocede a ritmos del 18%.

El caso de los depósitos

En el caso de los depósitos, España también se encuentra a la cola de la retribución a los clientes. Así, el gap en depósitos, por su parte, resulta, con todo, mucho más acusado ya que la remuneración en imposiciones a hogares para plazos inferiores al año era del 1,33% el pasado mes de abril frente al 2,27% de la eurozona (supone apenas un 59% de la retribución europea).

En depósitos a plazos superiores la banca española ofertaba un 1,64% para el dinero fresco en comparación al 2,29% de media europeo (que supone un 71% de la retribución que se paga en Europa). En remuneración al ahorro, las peores ofertas se localizaban en Chipre (0,41% en depósitos hasta un año), Portugal (0,95%), Eslovenia (0,44%) e incluso Grecia (1,22%).

Y es que la banca española tiene un exceso de liquidez llamativo frente al resto de entidades del Viejo Continente, con ratios de liquidez a corto plazo (LCR) que en varios casos superan el 200%. De esta forma, la llamada guerra del pasivo se resiste a llegar, y las entidades redirigen a los clientes hacia otros productos, principalmente de inversión, con mayores rentabilidades.

Tanto es así que las páginas web de las principales entidades del país han eliminado de sus catálogos la práctica totalidad de los depósitos a plazo, dejando solamente los estructurando y limitando la oferta de este tipo de productos a determinadas empresas cliente o a aquellos que se colocan en el segmento de banca privada, es decir, que cuentan con mayores patrimonios, dejando fuera al resto de usuarios. Así, la beta de depósitos general –el porcentaje del euríbor que se traspasa al pago de los depósitos, independientemente del tipo de cliente y producto– estará entre el 25% y el 30%, lejos de otros países.