La concesión de hipotecas sube un 1% en 2020

El mercado hipotecario ha sido una de las grandes sorpresas positivas para la banca durante la pandemia, hasta tal punto que ha superado las mejores expectativas que se se esperaban. La concesión no solo no ha bajado tímidamente como pronosticaban las entidades en los últimos meses tras la recuperación registrada a partir del verano, sino que ha crecido.

En concreto, según los datos provisionales del Banco de España, el importe de nuevas operaciones para la adquisición de vivienda aumentó un 0,9% en el conjunto del ejercicio pasado, hasta los 43.971 millones de euros. Con ello mantiene casi el mismo ritmo de crecimiento de 2019, cuando se prestaron un 1,2% más que el año precedente.

Tras el estallido de la crisis sanitaria, los créditos hipotecarios sufrieron un desplome, que llegó a ser superior al 50%, pero poco a poco el flujo del crédito se fue reactivando. En diciembre el alza fue del 18%, hasta 5.448 millones (máximo mensual desde finales de 2010) ante el aumento de la demanda por parte de los consumidores.

El incremento de las formalizaciones también se ha visto impulsada por la entrega de viviendas a los particulares de promociones de nueva construcción que se habían firmado en el pasado reciente y que ahora están madurando, tal y como explicó el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, hace una semana.

La reactivación de la actividad hipotecaria ha venido acompañada de una bajada de los tipos de interés aplicados. Las entidades han abaratado estos préstamos ante la caída del euribor y ante la intensificación de la guerra comercial para captar clientes, tanto en la modalidad de fijo como de variable. Es especialmente llamativo el descenso de las tasas medias exigidas por el sector a los usuarios en la concesión en diciembre, ya que estas (incluyendo las comisiones) se han desplomado hasta el 1,67%, un nuevo mínimo histórico. En noviembre la banca reclamaba un interés medio del 1,82%, mientras que a principios de 2019, estaba en torno al 2%.

Peor comportamiento ha tendido la financiación al consumo de los hogares. Según los datos del supervisor, este tipo de préstamos terminó el ejercicio con un hundimiento del 26,6%, hasta los 26.600 millones de euros, no pudiendo así la banca llevar a cabo una remontada como en las hipotecas.