La edad de los coches, un problema para la seguridad en Europa
Los conductores de Lituania, Estonia y Rumanía conducen los coches más viejos de Europa. Así lo indica un informe de la Asociación de Fabricantes de Automóviles Europeos (ACEA por sus siglas en inglés) sobre la edad del parque automovilístico europeo, con datos de 2019. Las antigüedades medias de los turismos van de los 16,9 años de los lituanos a los 6,4 de los coches matriculados en Luxemburgo.
La clasificación de ACEA establece que la media en el territorio de la UE se fija en 10,8 años de antigüedad, por lo que España no sale especialmente bien parada. Sus vehículos tienen una media de 12,7 años y, lo que es peor, el promedio sigue subiendo y se aleja de la referencia europea.
La edad media del parque automovilístico español ha pasado en 12 meses de 12,3 a 12,7 años y queda bastante por detrás de otros países cercanos como Italia (11,3), Francia (9) o Reino Unido (8). Sin embargo, España aparece por delante de naciones como Grecia (15,7) y Portugal (12,9).
Tendencia al envejecimiento
Según los analistas, el problema se verá agravado por las consecuencias de la pandemia de covid-19, que frenará las ventas de coches nuevos. Para 2020 el sector estima una caída de las cifras en España de un 45%, lo que se traduce en unas 700.000 unidades de modelos de última generación, por lo que el vetusto parque actual no se rejuvenecerá.
Los datos son especialmente preocupantes, según la patronal de concesionarios (Faconauto), en determinadas comunidades autónomas. Ceuta es la que tiene los coches más viejos (15,2 años), seguida por Melilla (14,8), Castilla y León (13,3) y Galicia (13,2). Por el contrario, las comunidades con mejores datos son Cataluña (11,8), Madrid y Baleares (12).
Y el problema está lejos de solucionarse, según el informe de ACEA. Si esta tendencia al envejecimiento continúa progresando al mismo ritmo –y los actuales planes Renove y Moves II no lo remedian–, en 2025 el 43,4% de los coches que circulen por España tendrán unos 14 años de antigüedad, una edad que hará obsoleto casi la mitad del transporte particular.
Las cifras de ventas de turismos usados presentan un panorama complicado. Según datos de la asociación de vendedores Ganvam, en el acumulado de enero a julio se han vendido 2,2 coches de ocasión por cada vehículo nuevo, muchos de ellos con más de 15 años (32,5%) o de entre 10 y 15 años (23,1%).
Consecuencias: menos seguridad y más emisiones
Las consecuencias directas del envejecimiento de los automóviles son un progresivo aumento de la siniestralidad y una mayor contaminación por los gases de escape. Por un lado y como recuerdan desde la DGT, el riesgo de fallecer o de resultar gravemente herido en un accidente se duplica si este se produce en un vehículo de entre 10 y 15 años.
Se trata de modelos menos equipados en sistemas de seguridad y que, además, presentan las deficiencias propias del desgaste provocado por los muchos kilómetros recorridos.
Otro punto no menos importante es el efecto directo que tienen los coches viejos sobre la calidad del aire de las ciudades. En los países con parques más modernos –y más coches eléctricos– la cantidad de CO2 ha bajado de forma espectacular, como reflejan los datos publicados por ACEA.
El mejor ejemplo en este ámbito es Noruega, referente europeo de la electrificación, que obtiene una tasa de emisiones media por vehículo nuevo de solo 59,9 g/km, muy por debajo de la media europea (123 g/km) y a una enorme distancia del peor registro, Bulgaria, donde los automóviles recientemente matriculados emiten una media 137,6 g/km de CO2.
El mercado español tampoco brilla en este apartado, anotándose una media 121,3 g/km de CO2 en los automóviles vendidos el pasado año. Unas emisiones que, aunque cumplen con la media europea, se encuentran todavía por encima de las conseguidas en los países vecinos: Italia (119,4), Francia (113,7) y Portugal (109,4), que el pasado año recabó el mayor descenso de este valor en toda la UE.