Agosto elevó la inflación por segundo mes consecutivo. El Índice de Precios de Consumo (IPC) avanzó tres décimas con respecto a julio para situarse en el 2,6% interanual mientras que la inflación subyacente, la que no incluye los precios de la energía ni de los alimentos no procesados para evitar volatilidades coyunturales, retrocedió una sobre la medición anterior, hasta el 6,1%. Sobre el dato, el primero del octavo mes del año de la zona euro, tiene la mirada puesta el Banco Central Europeo (BCE) ante su cita de septiembre.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado este miércoles el dato adelantado del que habrá que esperar al 12 de septiembre para su confirmación. 

El avance en el índice general se debe principalmente al encarecimiento de los carburantes mientras que los precios de la electricidad aumentaron menos que en agosto de 2022. Habrá que esperar al dato definitivo para conocer el comportamiento de los alimentos, que en julio se encarecieron un 10,8% tras cuatro meses de frenazo en los avances.

En tasa mensual, los precios de consumo avanzaron un 0,5% respecto a julio, según el indicador adelantado. En lo que va de año, la tasa mensual del IPC sólo ha registrado valores negativos en enero (-0,2%).

Por su parte, la tasa de variación anual estimada del IPCA (el índice de precios armonizado que toma Europa como referencia) también anota una subida y se sitúa en el 2,4%, tres décimas más que el mes anterior.

En su comunicado de valoración del dato de inflación, desde el Ministerio de Asuntos Económicos destacan que el indicador adelantado del IPC, de confirmarse y pese al avance, «consolida» a España «como uno de los países de la zona euro con una menor inflación«, tras rebajarla cerca de 8 puntos en el último año, y le sitúa como «uno de los mayores niveles de crecimiento económico con menores niveles de inflación» dentro de la Unión Europea (UE).

«Esto favorece la competitividad de las empresas españolas, la ganancia de cuota de mercado y el aumento del poder adquisitivo de los salarios», ha subrayado el Departamento que dirige la vicepresidenta en funciones, Nadia Calviño.

El dato de España es el primero de la ristra que se espera que se vaya publicando en los países de la zona euro y de los que el BCE estará pendiente de cara a la decisión que debe tomar ante la próxima cita de septiembre sobre si seguir aumentando los tipos de interés para reducir la inflación.

El dato adelantado del IPC alemán reforzaría este escenario. Si bien la inflación en el motor de Europa ha disminuido una décima en agosto -hasta el 6,1% según los datos preliminares publicados por la Oficina Federal de Estadística (Destatis), lo ha hecho en un nivel menor del esperado.

Esta tendencia lleva a los operadores a mantener su apuesta de que el BCE ejecutará una nueva subida para situar los tipos de interés en el 4%. En concreto, indica Bloomberg, los precios del mercado monetario implican una probabilidad de aproximadamente el 60% de que el regulador pueda optar por un alza de 25 puntos básicos.

La tesis de la subida es compartida entre los expertos. En su valoración del dato español, Javier Molina, analista senior de mercados para eToro, ha indicado en un comentario que «estas cifras nos indican que va a ser muy complicado el ajuste hacia abajo de la inflación y, si los datos en la eurozona son similares, los tipos de interés van a seguir subiendo en la reunión de septiembre del BCE».

El escenario parece claro para los analistas. Marc de-Muizon, economista senior de Deutsche Bank, previó en un informe publicado la semana pasada un aumento del IPC de la eurozona. Según su previsión, la inflación, que se conocerá este jueves, pasará del 5,3% interanual de julio al 5,5%.