La tasa de variación anual del Índice de Precios al Consumo (IPC)del mes de agosto se sitúa en el 2,6%, tres décimas por encima de la registrada en julio. La tasa anual de la inflación subyacente, que no tiene en cuenta la variación más volátil del precio de los combustibles y los medicamentos, disminuye una décima, hasta el 6,1%. Respecto a julio, los precios suben un 0,5% en un mes, su tercera subida mensual consecutiva.

La tasa interanual del Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) que se emplea para realizar la media para comparar estadísticas internacionales, fundamentalmente Eurostat, sitúa su tasa anual en el 2,4%, también tres décimas más respecto al mes anterior, según el dato de inflación interanual adelantado el pasado día 30 de agosto y que hoy confirma el Instituto Nacional de Estadística (INE).

La subida de la inflación general se debe, principalmente, al encarecimiento de los precios de los carburantes y lubricantes para vehículos personales, esto es, los automóviles. El precio de las gasolinas sube un 7,2% en apenas un mes, aunque llenar el depósito todavía es más barato que hace un año al seguir en vigor la bonificación de 20 céntimos por litro aprobada por el Gobierno.

El IPC general también ha sido impulsado al alza en agosto por el encarecimiento de los paquetes turísticos y de la restauración propios de la temporada veraniega.

Mientas, la inflación de los alimentos y bebidas no alcohólicas sigue en el porcentaje del 10,5%, tres décimas menos que en julio tras moderarse el precio de alimentos básicos como la leche, queso y huevos frente a al subida disparada del verano pasado. También son algo más baratas las frutas y las verduras y la carne, el pan y los cereales también sube menos respecto a agosto de 2022. Respecto al mes anterior, los precios de la cesta de la compra en general suben un 0,2%, por el encarecimiento de los aceites y grasas, de las legumbres y hortalizas y, en menor medida, del pescado y el marisco y la carne.

El aceite de oliva, el azúcar y el arroz cuestan el doble que hace un año

El aceite de oliva es el alimento básico no elaborado que más se han encarecido en el último año, tras aumentar su precio un 52,5% anual en agosto. La escasa cosecha de la campaña actual, que ha caído a la mitad respecto a la anterior recogida por efecto de la sequía, y las malas perspectivas para la próxima explican la subida del precio en origen del aceite de oliva, con el virgen extra por encima de los 8 euros por litro, mientras que en los supermercados ya supera los 10 euros. Solo en un mes, entre julio y agosto, el aceite de oliva se encareció el 8,7%, más que ningún otro alimento, y en los ocho primeros meses del año acumula una subida del 25,9%. El sector productor olivarero achaca la situación a la escasez de producto.

Los otros aceites comestibles se han abaratado un 3,4% respecto a julio y un 26,6% entre enero y agosto en comparación con el mismo periodo de 2022, en línea con la evolución de los precios internacionales. Superado el efecto de la guerra en Ucrania, los precios mundiales de aceites vegetales como el girasol han bajado por la abundancia de suministros de los principales exportadores, lo que ha aflojado las tensiones, según la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Tras el aceite de oliva, el alimento que más se ha encarecido desde agosto de 2022 ha sido el azúcar, que se vende un 42,5% más caro, con una subida ya mucho menor del 2,7% entre enero y agosto. España es deficitaria en azúcar y, además, la producción remolachera de este año se va a ver comprometida por la sequía y las escasas reservas hídricas.

También influye el contexto internacional, con los precios del azúcar al alza en medio de la preocupación por el impacto que puede tener el fenómeno de El Niño en las perspectivas mundiales de producción, entre otros factores.

El arroz ha sido otro de los alimentos que más han subido de precio en el último año (+21,6%), si bien no experimentó cambios respecto a julio, y tuvo un incremento del 8,1 % en su cotización en los ocho primeros meses del año. A la pérdida de cosecha en España por la falta de agua se suman las tensiones comerciales en el comercio mundial, después de que la India prohibiera en julio la exportación de arroz para controlar los precios domésticos.

También presionaron a la baja los precios asociados a la vivienda (los gastos, fundamentalmente la factura de la luz), que vuelve a bajar en agosto y ya están un 18% por debajo de los de hace un año, gracias a que la subida de los precios de la electricidad es menor que la registrada en el mismo mes de 2022.