El desperdicio de alimentos y sus nefastas consecuencias para el clima
Hanna es una de las numerosas activistas comprometidas con la reducción del desperdicio de alimentos en Alemania. Casi un tercio de los alimentos producidos en el mundo, se pierde. Son unos 1 300 millones de toneladas.
El desperdicio de comida es un problema mundial y la pandemia lo ha agravado aún más. También tiene consecuencias nefastas en los sistemas de gestión de residuos, la inseguridad alimentaria, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Si la pérdida de alimentos tomase la forma de un país, sería la tercera fuente de emisiones de gases de efecto invernadero, del mundo.
Solamente en la UE se generan 88 millones de toneladas de desperdicios alimentarios al año, con unos costes asociados estimados en 143 000 millones de euros.
La Comisión Europea se ha comprometido a cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible y reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita, a nivel de minoristas y consumidores, para 2030.
La Comisión Europea proseguirá con su estrategia «De la Granja a la Mesa», que incluye: objetivos jurídicamente vinculantes para reducir el desperdicio de alimentos en toda la Unión Europea, para finales de 2023. Son objetivos definidos a partir de una base de referencia para los niveles de desperdicio de alimentos en la UE, establecida tras el primer control de los niveles de desperdicio de alimentos en todo el bloque comunitario; una revisión de las normas de la Unión Europea sobre la señalización de fechas de caducidad y de consumo preferente, para finales de 2022.
Dado que hay mucho desperdicio de alimentos en diferentes áreas, también hay muchas formas de combatirlo. Hanna y Theresa trabajan para Restlos Glücklich, una organización alemana, sin ánimo de lucro, que hace campaña por un consumo de alimentos más sostenible. Con regularidad, ‘rescatan’ alimentos próximos a la fecha de caducidad o visualmente poco atractivos, para proyectos educativos.
En su sede, en Berlín, enseñan a cocinar comida ‘buena y saludable’ gracias a los alimentos recuperados. Mostrar cómo dar una nueva oportunidad a ingredientes descartados es, también, una forma de reducir la cantidad de desperdicios alimentarios.
«En toda Alemania se desperdician 18 millones de toneladas de alimentos al año. Esto es totalmente absurdo. Hacemos campaña para que esta comida se reutilice, para que vuelva a la cadena y para que la gente entienda de qué se trata, qué efectos tiene en el clima, que tiremos tanta comida cada día», declara Hanna Legleitner, directora general de Restlos Glücklich.
Hanna da una clase magistral de cocina, en directo, para sus seguidores. El evento ‘en línea’, también forma parte del #planetaryhealthchallenge, una iniciativa internacional que quiere concienciar sobre la dieta óptima para las personas y el planeta.