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Los agentes inmobiliarios piden una regulación de su profesión tras la covid

Los agentes inmobiliarios piden una regulación de su profesión tras la covid

Los agentes inmobiliarios colegiados, que esta semana han arrancado su actividad divididos entre los que se encuentran en fase 0 y en fase 1 de desescalada, aspiran a que el Gobierno legisle sobre su profesión tras la crisis de la COVID-19, para acabar con las malas prácticas y los engaños de los «intrusos».

«Al menos yo como patrono voy a exigir que se bajen del barco los que no han sabido estar a la altura a la hora de la tormenta», ha advertido el presidente del Consejo General de los Colegios Oficiales de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (Coapi), Gerard Duelo.

Convencido de que el año que viene por estas fechas el sector habrá recuperado entre un 70 % y un 80 % de actividad, Duelo se muestra optimista con el impacto de la crisis, «porque cuando no se vende, se alquila, y cuando se cobra menos, se buscan alquileres más baratos, y el que no puede resistir por liquidez, venderá, y siempre habrá el que invertía en bolsa y ante el desastre preferirá el ladrillo y a la baja comprará».

Catorce meses después de su elección al frente de la Coapi -que representa a 46 colegios de toda España y a unos 10.000 agentes-, asegura que su principal misión es «acabar de unir al sector inmobiliario y exigir al Gobierno un ordenamiento jurídico para acabar con las cosas que sufre el consumidor final».

En la actualidad cualquier persona con una licencia fiscal puede vender pisos, aunque no se haya informado de las leyes que protegen una venta, ni se haya formado en ello, lo que conlleva que «el consumidor final sufre muchos engaños y tiene una imagen mala de los agentes inmobiliarios».

Duelo cree que el mediador de la inversión más grande que hace una familia en su vida debe tener una ordenación jurídica de su profesión y que habría que aprovechar esta crisis para poner fin a «muchos métodos de los años 60 que hay de hacer cosillas de zorrillo y visitas falsas que hacen los mal llamados intrusos».

De manera recíproca considera que los agentes deberían tener en cuenta la cualificación de los clientes y «no enseñar siete pisos a un cliente cada vez que te llama, sino hacerles más preguntas, visualizarles en 3D y hacer dos visitas por cliente».

Sostiene que las inmobiliarias tampoco necesitan tener «tantas oficinas en todas partes» para hacer negocio y que deberían trabajar en exclusiva, frente a la situación actual en la que «muchos ofrecen el mismo edifico y un pobre consumidor que encuentra el mismo edificio en siete portales distintos se vuelve loco a la hora de decidir a quién llamar».

También defiende que los datos que genera el sector «se queden en el sector», es decir, que la titularidad sea de quien los genera, no de los portales y multinacionales que los ordenan y luego se los venden.

«Cada día trabajamos dando datos para que los demás los ordenen y nos los vendan. Si los generamos nosotros y somos las hormiguitas que cada día les damos los datos, pero otros los recogen y nos los venden algo estamos haciendo mal», argumenta.

El presidente de la Coapi, que también dirige el colegio de Barcelona -el mayor de España con casi el doble de colegiados que el de Madrid-, dice que se siente «el Moisés» que viene a unir a un sector muy atomizado.

Aunque no existen datos oficiales, algunas fuentes calculan que hay unas 45.000 oficinas inmobiliarias en España y más de 150.000 agentes.

Para unir al sector y ejercer de «lobby» del Gobierno en la legislación que propugna, Duelo lidera también la nueva Confederación Nacional de Agentes y Empresas en el sector inmobiliario, que cuenta por el momento con quince asociaciones pequeñas y medianas.

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