Los consumidores pagan por los alimentos un 283 % más de lo que reciben los agricultores

Un 283%. Eso es lo que ha subido de media en agosto el precio de los alimentos desde la tarifa que pagan al productor en el campo hasta lo que acaba abonando el consumidor, según el último informe del Índice de Precios en Origen y destino (IPOD) que elabora la organización agraria COAG. Donde ha hallado mayores diferencias es en frutas y verduras como el ajo, la lechuga, la ciruela y las zanahorias, donde el incremento no ha bajado de un 500%.

En el caso de la leche de vaca la subida fue de un 98% al pasar de un promedio de 42 céntimos en origen a 83 céntimos en el súper. Mucho más se han disparado las patatas, que han pasado de pagarse en el campo a 34 céntimos a coster en la tienda una media de 1,57 euros, un 362% más. Frutas como la sandía, cuyo elevado precio llegó incluso a la tribuna del Congreso de los Diputados al inicio de la campaña, se vendió de media en agosto a 1,49 euros el kilo en los canales de distribución, un tarifa un 224 % más alta que los 0,46 euros que se pagó a los productores. No obstante, fue la ciruela la que tuvo una diferencia más alta, del 541 % en esta sección. Las carnes que más se encarecieron fueron la ternera y también el cordero, al subir un 280 % y un 272 % respectivamente.

El informe se publica justo un día después de que la ministra de trabajo, Yolanda Díaz, lanzara la propuesta de poner un tope de precio a determinados productos que son indispensables en la cesta de la compra, una fórmula de cuya eficacia dudan las organizaciones agrarias. Estas temen que, al final, la limitación no acabe con la especulación y terminé traduciéndose en precios todavía más ajustados para los productores.