¿Qué son los clorpirifos?
Los clorpirifos son un tipo de insecticida organofosforado ampliamente utilizado en la agricultura para controlar una variedad de plagas en cultivos como maíz, soja, cítricos, entre otros. Desarrollados en la década de 1960, estos insecticidas han sido efectivos para proteger cultivos de insectos como moscas, pulgones y orugas.
El mecanismo de acción de los clorpirifos consiste en inhibir la enzima acetilcolinesterasa en el sistema nervioso de los insectos. Esta inhibición provoca una acumulación de acetilcolina, un neurotransmisor, en las sinapsis nerviosas, lo que lleva a una sobreestimulación del sistema nervioso y, finalmente, a la muerte del insecto.
A pesar de su eficacia, el uso de clorpirifos ha generado controversia debido a sus posibles efectos adversos en la salud humana y el medio ambiente. Estudios han mostrado que la exposición a clorpirifos puede afectar el desarrollo neurológico en humanos, especialmente en niños.
Además, los clorpirifos pueden persistir en el medio ambiente, contaminando suelos y cuerpos de agua, lo que permite su entrada en la cadena alimentaria y su potencial acumulación en organismos vivos.
Debido a estos riesgos, la Comisión Europea prohibió el uso de clorpirifos y metil-clorpirifos como pesticidas en 2020. Esta prohibición responde a la evidencia de que los niveles de exposición a estos compuestos pueden ser perjudiciales para la salud pública y el ecosistema. Hasta entonces se utilizaban ampliamente en España.