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Por qué sube más el precio de la gasolina que el del petróleo

Por qué sube más el precio de la gasolina que el del petróleo

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado mes de junio el Índice de Precios al Consumo acabó con un incremento del 10,2%, con los carburantes disparados hasta un 40,7%. Si entramos en detalle podemos ver como el gasóleo subió un 42,7%, mientras que la gasolina ascendió hasta un 34,4% interanual.

Sin embargo el incremento del precio de la gasolina y el gasóleo no se corresponde con el aumento o descenso de los precios del barril de petróleo. A este fenómeno se le denomina ‘efecto cohete’ y ‘efecto pluma’, ya que la subida del precio del crudo acostumbra a provocar un incremento importante de la gasolina, mientras que un descenso del petróleo no.

A la hora de hablar de gasóleos y gasolinas, hay que tener en cuenta no solo el valor de la materia prima (el crudo), sino también los costes de refinería, así como el tiempo que transcurre entre la compra inicial y la fase final de dicho proceso. Además, a todo esto, hay que añadir los márgenes de las distribuidoras y los impuestos especiales de los hidrocarburos y el Impuesto de Valor Añadido (IVA), que tienen un gran impacto en el precio de venta el público.

Analizando la situación del mercado actual, Manel Montero, director general de Grupo Moure, manifiesta que «los incrementos de precios, por norma general, responden a una ‘limitación en la oferta’, la cual es cierto que se ha podido ver afectada a raíz del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania ya que se trata de una tendencia mundial. Sin embargo, si a esta situación se le suma la enorme subida de márgenes que están teniendo las refinerías en España, las cuales los han triplicado en el segundo trimestre del año respecto al primero, evidencia que se trata de un acelerador en la escalada de precios sufrida en el carburante».

En este sentido, el aumento del precio del litro de gasolina y gasoil de media en los surtidores es el doble que el del barril de Brent. Ante dicho escenario, Montero hace referencia a la medida de la bonificación de los 20 céntimos por litro de carburante y la califica de «ineficaz». El experto indica que «este tipo de medidas que incentivan el consumo y con las que se puede obtener un descuento son totalmente erróneas, pues la balanza entre oferta y demanda aún queda más desequilibrada. De la misma manera, incrementar la carga fiscal sobre las empresas energéticas es equívoco, dado que se trata de un impacto fiscal fácilmente repercutible en el consumidor».

El director general de Grupo Moure alerta sobre los riesgos de mantener este decreto y concluye que «otras medidas similares que se están aplicando en países de nuestro entorno están teniendo resultados inflacionistas similares, lo cual evidencia que se deben tomar medidas alternativas mucho más arriba en la cadena de valor, para reducir los beneficios o contener los precios, tal y como ya se ha realizado en el sector del gas».

Con todo, es necesario recordar que en realidad los consumidores españoles tan solo pagamos por el producto la mitad de lo que nos cuesta ya que, tal y como señala la Asociación española de Productos Petrolíferos (AOP) , casi el 50 % son impuestos. En España, a falta de uno, hay cuatro tributos sobre los carburantes:

El primero de ellos es el IVA para los carburantes, que está situado en el 21 %. A esto hay que sumar los Impuestos Especiales sobre los Hidrocarburos, de titularidad estatal, especifican una cantidad fijada por cada litro. Los principales productos energéticos que se someten a gravamen por el Impuesto sobre Hidrocarburos incluyen a las Gasolinas, Querosenos, Gasóleos, Fuelóleos, Gases licuados de petróleo, Gas natural y finalmente Biocarburantes y biocombustibles, cuando se destinan a su utilización como carburante o combustible.

El Impuesto Especial sobre Hidrocarburos se aplica únicamente en Península e Islas Baleares. No resulta de aplicación en las Islas Canarias, Ceuta y Melilla.

Estos impuestos, sumados al IVA, suponen más de la mitad del precio que pagamos en las gasolineras a la hora de repostar. En el precio de venta al público de un litro de gasolina el 55 % son impuestos, el 15 % costes de distribución y márgenes y el 30 % costes de la materia prima.

En el gasóleo el caso es muy parecido, aunque la carga fiscal es algo menor, del 50 %. Sin embargo, los costes de distribución y márgenes son el 14% y sube al 36% la materia prima.

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