Como en todos los sectores, en el de la automoción se deben cumplir una serie de normativas para validar la usabilidad de un vehículo. El marco europeo ha establecido un código y una serie de patrones que rigen la legalidad de cualquier automóvil y, sobre todo, si este cumple con las condiciones tanto de fabricación como de seguridad que debe.
Lo que determina si un coche está homologado y, por lo tanto, cumple toda la normativa de fabricación necesaria para su circulación, es lo que se conoce como certificado de conformidad. Un documento desconocido para muchos, pero que cobra especial relevancia cuando se trata la importación de un vehículo.
Todo el mundo ha oído hablar de la importación de coches, sobre todo cuando se habla de marcas como Mercedes-Benz o BMW y países como Alemania. Hay quienes viajan al extranjero para comprar un modelo de primera o segunda mano que les interese y, después, volver de vuelta a España con él.
Algo que se hace principalmente por el factor económico, y que tiene detrás, con una relevancia más que considerable, a este documento. Es algo que todo futuro propietario debe exigir a la hora de comprar un coche, porque indica ya no solo sus características, sino su aptitud para circular de forma legal y segura.
El Certificado de Conformidad, abreviado normalmente como COC, es el documento que emite el fabricante de un vehículo. Su elaboración puede hacerse en el momento de la fabricación o después. De hecho, es posible solicitarlo directamente a la marca abonando el importe correspondiente por el trámite.
Este documento parte de la contraseña de homologación, desarrollando todo lo que esta revela en escrito. Así, se convierte en una especie de ficha reducida que desarrolla todas las características y especificaciones claves del coche. Aspectos como el peso, las medidas, la altura, el modelo y su variante, la cilindrada, etc. quedan registrados en él.
Aunque la hemos mencionado, el COC no debe confundirse con la ficha reducida, aunque puedan ser muy similares en contenido. Esta última refleja la misma información, pero, en lugar de ser un documento que emite el fabricante, lo ha emitido un ingeniero titulado que se ha basado en la información que ofrece la contraseña de homologación.
Ciertamente, los dos documentos son igualmente válidos, por eso suelen confundirse. Sus principales diferencias están en que el Certificado de Conformidad o COC lo elabora la casa del automóvil, es más caro y suele tardar algo más de tiempo. En cambio, la ficha reducida la hace un ingeniero, es más económica y además se elabora en un solo día.
Además, ambos son igualmente válidos a la hora de presentar un vehículo en la ITV para su matriculación. Así, volviendo a la importación de automóviles, si tienes que traer un coche y quieres matricularlo en suelo español, necesitas cualquiera de estos dos documentos. Afortunadamente, la inmensa mayoría de coches vienen con su correspondiente COC entre sus documentos.
Para empezar, este documento es de vital importancia porque es lo que certifica que el coche se ha construido siguiendo las indicaciones legales vigentes en suelo europeo. Asimismo, también indica que puede circular de forma segura por las carreteras de este continente.
Además de eso, es el documento que se exige en las ITV. Aunque se puede presentar también la ficha reducida, ya que es igualmente válida, generalmente el COC ya viene entre la documentación del coche al comprarlo, y eso permite despreocuparse y no tener que recurrir a un profesional para obtener dicho documento.
Es posible que un coche no tenga contraseña de homologación europea y solo tenga contraseña nacional, o puede también que no tenga ninguna de las dos. En cualquiera de esos casos, es fundamental que se proceda a elaborarla para que toda la ficha técnica del automóvil quede registrada.
Si solo se dispone de contraseña de homologación nacional, algo habitual en vehículos anteriores a 2002, lo que se suele hacer es emitir una homologación por equivalencia. Algo similar a adaptar la contraseña de otro país al sistema español. Es la vía más económica, rápida y cómoda.
Pero puede suceder que el automóvil no tenga contraseña de homologación alguna, en cuyo caso se tiene que pasar por la homologación individual. Un proceso que puede superar los 1.500 euros + IVA, debido a que se debe hacer un estudio del vehículo en sí y contactar con el fabricante.
Sea como fuere, cualquiera de las dos homologaciones acaba siendo necesaria para el COC, ya que este necesita la contraseña de homologación para su elaboración.