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Tengo un plan de pensiones privado, ¿Cómo queda a partir de ahora?

Tengo un plan de pensiones privado, ¿Cómo queda a partir de ahora?

Los españoles, según datos de diversos estudios, desconocen cómo pueden calcular su pensión de jubilación y, en general, tienen escasa educación financiera. Pero lo que sí sabe la gran mayoría es la conveniencia de tener un plan de pensiones para complementar sus ingresos tras la jubilación, un producto que suelen suscribir entre los 35 y 55 años, y al que dedican el 10 % o 15 % de su ahorro financiero. Los nuevos presupuestos incluyen una rebaja del límite de aportaciones a los planes privados de pensiones y la creación de un plan público. A continuación te explicamos qué cambia esta medida y cómo te puede afectar.

¿Cuál es la fiscalidad de mi plan de pensiones?

Los planes de pensiones privados siempre han sido atractivos para los españoles por su fiscalidad. De hecho, según un informe del Observatorio Inverco, casi el 20 % de los españoles tiene suscrito un plan de pensiones privado. Sin embargo, desde el año 2020 ha habido rebajas importantes, y ahora, en los nuevos presupuestos generales del Estado, el Gobierno ha establecido que el máximo que se podrá desgravar en planes privados será de 1.500 euros. “Esto reduce mucho el incentivo fiscal que se ha estado manejando desde hace años”, señala Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Universidad de Granada (UGR).

La reducción, en realidad, es notable. Hasta el año 2020 se podían desgravar 8.000 euros (el dinero que se metía en el plan de pensiones se podía descontar del IRPF con un tope de 8.000 euros al año). Desde el 1 de enero de este año (2021) se rebajó la cantidad a 2.000 euros, y la última disminución que se contempla en los presupuestos baja hasta 1.500 euros (un 25 % menos que en la actualidad).

Esta rebaja se justifica por parte del Gobierno porque solo las rentas altas parecen acceder a este beneficio fiscal. Sin embargo, como explica el catedrático, “esto no es conveniente, porque el ahorro para pensiones es muy importante y beneficia a todos”. Además, en la recuperación del fondo invertido en la jubilación “se vuelve a ‘pasar por caja’ en términos impositivos y, por lo tanto, los incentivos fiscales son muy reducidos”, añade el experto.

¿Me conviene contratar un plan de pensiones?

No caben dudas a este respecto, y los datos lo corroboran: siempre es conveniente contratar un plan de pensiones o tener un claro plan de ahorro para la jubilación. De hecho, los españoles dedican entre un 10 % y un 15 % de su ahorro financiero a este propósito, calcula el experto.

¿Cómo queda entonces la situación para los planes privados? Según explica el Gobierno de España, para la gran mayoría de ahorradores el recorte en el tope de las aportaciones no supondrá un gran cambio. Esto es así porque, según datos de la AIReF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal), el límite de las aportaciones está “en consonancia con la inversión media de los españoles en planes de pensiones”. Y fuentes ministeriales señalan que solo se beneficiaban de las desgravaciones fiscales “las rentas más altas y las entidades comercializadoras”.

¿Qué es el plan de pensiones público?

Lo que se propone ahora desde el Gobierno es contratar, sobre todo, planes de empresa. Parte de los ingresos de los trabajadores se destinarían a un plan de jubilación de empresa, que tiene dos ventajas:

  • Comisiones muy bajas: las comisiones de más del 90 % de los planes privados superan el 0,5 % que se maneja como probable para los planes de empleo de promoción pública. De hecho, los límites legales oscilan entre el 1,05 % y el 1,7 %.
  • Desgravación de 8.500 euros.

Esto supone, en la práctica, un cambio en el sistema de incentivos, “promoviendo los planes de empresa sobre los privados”. Fomentar los planes de empresa no es una mala opción, pero no es deseable desincentivar los planes privados. “Así —comenta Carbó—, hubiera sido conveniente promover ambos. Una cosa no quita la otra”.

El fondo de pensiones público (el titular es el Estado) realizará inversiones con las aportaciones de los partícipes, del mismo modo que hacen las entidades privadas con sus planes de pensiones, para garantizar después el pago de la prestación.

Podrán acceder a los planes de pensiones los empleados de las administraciones y los autónomos. A este respecto, Carbó asevera que “todo puede complementar y ayudar”, y no cabe duda de que su inclusión en planes de empresa públicos es útil, pero insiste en que “también hay que dejar abierta la vía privada”. Los incentivos pueden ampliarse o cambiarse, pero “siempre que sea para un beneficio de todos”.

Sin embargo, conviene señalar también que los planes de pensiones españoles, como recuerdan desde la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), son caros y poco rentables. En concreto, sus costes operativos eran en 2018 los terceros más altos de entre los países desarrollados (tras Letonia y República Checa), a la inversa que su rentabilidad, que estaba entre las más bajas.

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