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Viajes en coche con perros: lo que te hace falta para que sean seguros

Viajes en coche con perros: lo que te hace falta para que sean seguros

Hoy en día las mascotas se han convertido en un miembro más de las familia en casi cualquier parte del mundo, por lo que no es de extrañar que nos las llevemos allá adónde vayamos sin excepciones.

Pasar el día al campo, hacer una excursión por la montaña, un fin de semana tranquilo, unas vacaciones en familia… Cualquiera de estas actividades son perfectamente compatibles con los perros, que disfrutan enormemente de un pequeño respiro de las grandes ciudades para pasar tiempo al aire libre en plena naturaleza.

Aunque a algunos los planes que hacemos podemos ir en transporte público y llevarnos a nuestro amigo peludo como uno más sin grandes problemas, cuando hay que recurrir al coche debemos estar preparados de antemano. Allí hacen falta más protecciones y accesorios para que vayan seguros y cumpliendo todas las normativas. 

Los perros deben ir abrochados si van dentro del habitáculo

De acuerdo con el artículo 18 del Reglamento General de Circulación “el conductor de un vehículo (…) deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos”.

Por ello, en ningún caso el perro o gato puede ir suelto por el habitáculo, deben llevar abrochado el cinturón de seguridad. Si la mascota viajara sin sujeción, al producirse un frenazo brusco podría salir disparada sufriendo lesiones y pudiendo provocar daños a los demás ocupantes. 

La mejor opción para perros pequeños

Para los perros más pequeños lo más adecuado es que vayan en su correspondiente transportín, dado que en caso de accidente, se reduce el riesgo de daños. Al tener poco espacio, la energía del impacto se absorbe pronto y es más complicado que se deforme el habitáculo del animal. 

Añadido a esto, siempre que nos sea posible, deberemos colocar el transportín de nuestro perro en el suelo del vehículo, entre los asientos o en el maletero. Nunca debe llevarlo ningún pasajero sobre las piernas, puesto que eso puede suponer un gran riesgo de lesiones en caso de colisión.  

Aunque el transportín es una opción segura, también podemos optar por otras alternativas para quienes no quieren llevar a su mascota encerrada. Un buen ejemplo son los arneses, que idealmente deberían tener un doble enganche con un sistema de unión corto al anclaje del cinturón de seguridad del vehículo. De esta manera, se evita que el animal se golpee contra los asientos en caso de accidente.

En caso de que elijamos usar esta opción, lo mejor es que complementemos el arnés con una funda para los asientos, puesto que los perros pueden mancharnos la tapicería con pelo, babas o pipí, incluso, si son cachorros.

Si tenemos perros grandes

Si nuestro perro es más grande, tipo Golden Retriever o Rottweiler, por ejemplo, lo más aconsejable será conseguir un transportín de mayor tamaño y colocarlo en el maletero en posición transversal a la dirección de la marcha.

Siempre que podamos, para garantizar todavía más seguridad para nuestra mascota, lo mejor es combinar este elemento de transporte con la rejilla divisoria que va entre los pilares de la estructura del coche, separando la cabina del portaequipajes.

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