El negocio de los medios de pago con comercios siempre ha estado en el corazón de la estrategia de la banca porque, entre otras razones, es una parte relevante de la relación comercial y ayuda a fidelizarles como clientes. La rivalidad por ganar clientes y la entrada de nuevos operadores ha llevado a mínimos las tarifas que les aplican cada vez que un ciudadano decide abonar su compra con tarjetas en el establecimiento, pero la multiplicación de estas transacciones permitió a las entidades aumentar un 20% su facturación por este servicio en el arranque del año y la recaudación apunta a una facturación anual récord cercana a los 1.000 millones.

Los ingresos por la tasa de descuento -comisiones que el sector cobra a los comercios por aceptar el abono con tarjetas- ascendieron a 241,11 millones de euros entre enero y marzo e implica un aumento del 19,53% respecto a los 206,27 millones del mismo periodo del año pasado, según las últimas estadísticas divulgadas por el Banco de España. Si se compara con 2019, antes de que la pandemia disparase el uso de la tarjeta bancaria, la cifra ha crecido un 62,75% -ingresaron 148,15 millones durante el primer trimestre de aquel ejercicio-.

La tarifa la cobra el banco del comercio y luego los ingresos se redistribuyen con las entidades emisoras de las tarjetas de los clientes a través de la llamada tasa de intercambio. Las estadísticas supervisoras recogen las tarifas «de catálogo» y promedio, con independencia de la tasa que cada entidad decida aplicar a su cliente, en función de su grado de vinculación y el conjunto del negocio que tenga con ellos, y excluye otros cargos asociados al servicio como el mantenimiento del terminal punto de venta (TPV).

El empuje del negocio está estrechamente vinculado por el fuerte incremento en el uso del dinero de plástico, que a raíz de la pandemia disparó su penetración. El número de pagos directos con tarjetas crece, de hecho, un 85,32% desde las cifras prepandemia (4.536,20 millones de pagos en 2019) hasta el pasado ejercicio (8.406,71 millones), y la cuantía abonada despega al tiempo un 58,33% (el montante abonado escala desde 161.343,34 a 255.457,99 millones de euros). Tras la pandemia, el uso de la tarjeta como medio de pago frente al efectivo ha crecido a ritmos anuales de entre el 9,37 y 21,61%, y aún avanzaba un 7,91% en el primer trimestre del ejercicio actual.

Su mayor adopción ha ido en detrimento del recurso al cajero automático para sacar dinero. Las visitas al terminal caen un 23,67% en ese mismo periodo entre 2019 y 2023 y el importe extraído disminuyó en paralelo un 0,23%, hasta los 124.891 millones del pasado ejercicio, cuantía que representó además apenas un 48,89% de las compras abonadas con dinero de plástico. Hasta el año 2015, dicha disposición de cash batía de lejos el pago con tarjeta.

Una evolución que ha permitido a la banca elevar la cifra de facturación compitiendo en precios. La comisión media aplicada a los comercios cada vez que aceptan el dinero de plástico para pagar a sus clientes se situó en marzo en el 0,37%, ligeramente inferior al 0,38% con que concluyó el pasado ejercicio y lejos del 0,41% prepandemia.

Competencia en precios

La reducción de las tarifas fue especialmente intensa y generalizada en todos los sectores económicos entre 2002 y el año 2015, con ligeros abaratamientos en los años posteriores. Los mayores ajustes desde ese 2002 los han experimentado, por ejemplo, las tarifas que soportan los establecimientos de discotecas, masajes y saunas (su comisión media pasó del 3,48% al 0,51%), las transacciones de venta por correo o teléfono (del 2,97% al 0,46%) y en los supermercados o grandes superficies distintos a los de alimentación (cae del 1,63% al 0,24%).

Durante el primer trimestre del actual ejercicio y frente al cierre de 2023, las variaciones más apreciables las registran a la baja las comisiones en autopistas (se reducen del 0,49 al 0,45%) y en gasolineras, pasan del 0,32 al 0,31%; mientras registran incrementos en transportes de viajeros (la tarifa pasa del 0,74 al 0,85%), en hoteles (del 0,82 al 0,92%), y a los establecimientos de alquileres de vehículos (sube del 0,60 al 0,65%).