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Abuso sexual contra menores en Internet, un problema que puede afectar a cualquiera

Abuso sexual contra menores en Internet, un problema que puede afectar a cualquiera

¿Sabemos que existen situaciones de abuso sexual de menores en Internet? Seguramente sí, al menos por los medios de comunicación, pero nos cuesta entender que ocurran este tipo de sucesos, y pensar en el alcance y extensión del problema puede resultar abrumador. Es una cuestión muy delicada, precisamente por eso necesitamos prevenirlo y saber cómo actuar.

Cuando llegan a nuestros oídos noticias sobre situaciones de abuso sexual a menores, nos afecta especialmente. Como es natural, somos sensibles al sufrimiento de las personas más vulnerables, y vemos que con las nuevas tecnologías el problema es más complejo.

Ahora, tanto los delincuentes que se dedican a conseguir estos contenidos, como aquellas personas que buscan consumirlo porque presentan una atracción inadecuada por los menores se valen de Internet para sus fines. Intentan localizar menores desprotegidos y difundir después los contenidos íntimos que obtienen. Pero, ¿cómo acceden a los menores?, ¿en qué espacios virtuales se esconden? Y lo más importante, ¿qué podemos hacer nosotros para luchar contra este problema?

El abuso sexual de menores en Internet

Los contenidos de abuso sexual infantil CASI (CSAM por sus siglas en inglés) son aquellos contenidos que representan actos sexuales de menores y/o se focalizan en sus zonas genitales. De forma más amplia, también se consideran contenidos de explotación sexual de menores (CSEM en inglés) otro tipo de materiales que, aunque no se encuentran en esta categoría, producen una sexualización del menor (por ejemplo, las imágenes de posados con énfasis sexual).

Desde hace unos años, se recomienda evitar el uso del el término ‘pornografía infantil’ entre los medios de comunicación y la población. Aunque este término sigue utilizándose en el ámbito legal, los expertos consideran que su uso contribuye a banalizar el abuso sexual de menores, al asociarse con una práctica legítima y consentida, como es la pornografía para adultos.

n gran medida, el modus operandi de los abusadores pasa por establecer un contacto inicial con niños y adolescentes que dé pie a una relación de confianza, pasando después al control emocional y, finalmente, al chantaje con fines sexuales. A esta práctica se la conoce como grooming y tiene como uno de sus objetivos principales la producción de imágenes y vídeos con connotación o actividad sexual, destinados al consumo propio de pederastas o de redes de abuso sexual de menores.

Aunque no necesariamente se dan siempre todos los pasos, habitualmente los delincuentes (que pueden actuar solos o formar parte de una red) captan la atención del menor en cualquier espacio de Internet, como redes sociales, juegos, comunidades o foros. Pueden hacerse pasar por alguien de su edad o directamente enviarle propuestas sexuales, con el objetivo de ganarse su confianza y establecer una relación. Es entonces cuando solicitan los primeros contenidos, una imagen o un vídeo quitándose la ropa o en una postura sugerente. A partir de ahí, comienza la extorsión y el chantaje para que produzca y envíe más material, bajo la amenaza de divulgar el que ya tiene en su poder.

Este proceso de coacción a partir del contenido suministrado por el propio menor es lo que se conoce como sextorsión, y es una de las técnicas más utilizadas en la actualidad para conseguir imágenes o vídeos íntimos de menores de edad. Este proceso puede verse iniciado por la práctica del sexting, en la cual los menores intercambian sus fotos íntimas con otros menores de forma voluntaria. Con el peligro de que estas imágenes caigan en manos de terceros tras una difusión descontrolada.

Como ocurre con casi todos los riesgos en la Red, el conocimiento es sinónimo de prevención. Si un menor y los adultos que están a su cargo conocen estos procesos, podrán detectarlos y frenar la situación antes de que llegue a ser un problema más grave.

Luchando desde todos los frentes

Sabemos que los problemas más complejos suelen ir asociados a un cierto tabú, y el abuso sexual de menores no es una excepción. El estigma social que lo acompaña en ocasiones consigue que se banalice el riesgo o la posibilidad de convertirse en víctima. Para quien lo sufre, puede suponer una barrera difícil de sortear en el momento de pedir ayuda o simplemente aceptar lo que está ocurriendo.

La cuestión más importante a tener en cuenta es que cualquier menor puede ser contactado con fines sexuales en la Red, y la responsabilidad de protegerlos y evitar estos sucesos es de todos. Es posible que, desde la familia, el centro educativo, o cualquier adulto que tenga relación con el menor, se perciban síntomas o indicios de que está produciéndose un abuso. Incluso los propios menores pueden ser conscientes de ello si saben cómo detectarlo.

Así, ante cambios de conducta, pérdida de amistades, retraimiento o aislamiento social, por precaución debemos preguntarnos si está ocurriendo algún conflicto en la vida digital del menor. Además, moral y legalmente tenemos la obligación de denunciar y reportar cualquier contenido que pueda considerarse un abuso sexual. De esta forma, estaremos contribuyendo a minimizar el problema o incluso directamente a la resolución de un caso de explotación.

Es esencial expresar un rechazo firme ante conductas inapropiadas por parte de personas adultas que sienten algún tipo de atracción por los menores de edad. No existe justificación para estos comportamientos y no debemos permitir que se normalicen socialmente. En realidad, se trata de un problema que debe tratarse con ayuda profesional para poder gestionarlo adecuadamente.

¿Cómo prevenir estas situaciones desde casa? La mediación parental es la respuesta. Debemos promover un uso seguro y responsable, fomentar el diálogo cotidiano sobre su rutina en Internet y transmitir los conocimientos necesarios para que puedan aprender a protegerse a sí mismos. A su vez, les mostraremos cómo denunciar y reportar los contenidos que encuentren o aquellas personas que les molesten en la Red.

Con el objetivo de impulsar la conciencia social sobre el abuso sexual de menores en Internet, desde INCIBE lanzan una campaña de sensibilización, con recursos que nos ayudarán a saber cómo enfrentarnos al problema, detectar posibles riesgos o situaciones que pueden derivar en una sextorsión. ¡Seguid lasactualizaciones para ver todo el contenido!

Por último, os recordamos que la Línea de ayuda en ciberseguridad de INCIBE, 017, está disponible para consultar cualquier duda al respecto. Entre todos podemos frenarlo, implicándonos y transmitiendo a los menores pautas que les permitan navegar seguros.

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