Bruselas pide a Apple que se prepare para abrir el iPhone a la competencia
A su paso por Madrid, Tim Cook se reunió con artistas, cocineros y deportistas. En Ámsterdam, visitó una fábrica de chips y se vio con diseñadores de videojuegos. Bruselas también es conocida por su creatividad pero para Apple es, ante todo, business, negocio, y la principal cita del consejero delegado de la compañía californiana en la capital comunitaria le llevó hasta el Berlaymont, la sede de la Comisión Europea.
El motivo, la entrada en vigor de la ley de Mercados Digitales, una legislación pensada para controlar mejor a las grandes plataformas que tendrá consecuencias mayores para empresas como Apple, que ahora están calificadas “guardianas del acceso” y van a estar sujetas a controles antimonopolio más estrictos. También la obligará a abrir a la competencia el ecosistema de su producto más preciado, el iPhone, de forma que, por ejemplo, permita a empresas de la competencia ofrecer sus propias tiendas de apps.
Es un cambio brutal para un ecosistema tan cerrado como el de Apple, pero la Comisión Europea recordó ayer a su consejero delegado que debe aplicar la legislación. “Sea el monedero electrónico, los navegadores o las tiendas de apps, los consumidores que utilicen un iPhone de Apple deberían poder beneficiarse de servicios competitivos de diferentes proveedores”, declaró Breton tras su encuentro con Cook, que terminó con un detalle personal e informal cargado de significado: una visita a su particular museo de los cables, como llaman en su equipo a las estanterías de su despacho llenas de fósiles tecnológicos, como un viejo reproductor de MP3, o artefactos relacionados con su trabajo, por ejemplo semiconductores o piezas de satélites o diferentes cargadores de teléfonos móviles hasta llegar a los equipados con puerto USB-C.
A este cable es adonde quería llegar Breton. “Solo uno, los líos de cables son una cosa del pasado”, tuiteó Breton. El USB-C es el modelo elegido para el cargador universal que desde el 2025 deberán incluir todos los teléfonos que se vendan en la UE, y un recordatorio por tanto de su victoria sobre los fabricantes. Fue una forma educada de recordar al CEO de Apple “la fuerza del mercado interior europeo” (450 millones de consumidores, frente a los 330 de Estados Unidos) y que de nada sirve “resistirse” a las normas que salen de Bruselas y que, a menudo, definen los estándares globales, explican fuentes europeas.
La oposición de Apple a la recomendación original de los fabricantes de utilizar un cargador único fue uno de los factores que llevó a Bruselas, diez años después, a proponer una regulación que no dejara margen a la industria para evadirla. Esta vez, la empresa ha optado por estar entre los primeros de la clase y “dar ejemplo” incorporándolo antes de tiempo a su último modelo, el iPhone 15, como Breton destacó y alabó en su reunión con Cook.
Eso es lo que Bruselas quiere que Apple haga ahora con la ley de Mercados Digitales, que las empresas tienen hasta marzo del 2024 para cumplir. “Sea el monedero electrónico, los navegadores o las tiendas de apps, los consumidores que utilicen un iPhone de Apple deberían poder beneficiarse de servicios competitivos de diferentes proveedores”, reclama Breton. “La legislación europea incentiva la innovación sin poner en riesgo la seguridad ni la privacidad”, añadió, evocando los dos aspectos citados como “riesgos” por la empresa, que ayer no hizo ninguna valoración de la reunión.
Apple ha presentado alegaciones para que su sistema de mensajería, iMessage, quede exenta de la obligación de abrirse a la competencia, alegando que no tiene suficientes usuarios en Europa. Además, también está obligada a abrir su plataforma a terceros para que el consumidor pueda adquirir apps en tiendas alternativas a la oficial o borrar las instaladas por defecto. Breton y Cook acordaron intensificar los trabajos de sus respectivos equipos para avanzar en la aplicación de la ley. Las empresas que no la cumplan se arriesgan a multas de hasta el 10% de su volumen de negocio.