La expresión popular, ya con solera y poco acorde con los tiempos que corren, dice que «nos engañan como a chinos» pero, en la práctica, son precisamente los chinos, o al menos algunos de ellos, quienes llevan casi dos décadas engañando a los europeos con su imitación del sello de marcado CE, que atiende en francés a Conformité Européenne; o lo que viene a ser lo mismo: Conformidad Europea en español.

La marca CE de la Unión Europea es una referencia para Europa que se incluye en diferentes productos o grupos de productos y que se sustenta en la Directiva 93/68/CEE.

Refleja que un producto en cuestión cumple los requisitos legales y técnicos mínimos en materia de seguridad de los estados miembros de la UE. No implica la calidad del producto, sino que este se ajusta a las directivas europeas y, por lo tanto, puede venderse legalmente en los países de la UE.

Tampoco indica que el artículo está hecho en el Espacio Económico Europeo, solo que «satisface los requisitos legales». El sello CE es como un pasaporte para los productos que lo llevan y con él «el fabricante asume la responsabilidad de la conformidad de dicho producto».

El sello legítimo CE surgió en el año 2006 y ese mismo año en China crearon otro casi idéntico para incluir en sus productos exportados a Europa y que atiende a China Export o Chinese Export, y desde entonces confunde a los consumidores europeos.

Cuestión de espacio

Ambos sellos se diferencian únicamente en el espacio que hay entre la C y la E, algo prácticamente imposible de detectar. Nadie ha logrado acabar con el sello chino que imita al europeo, que fue concebido para competir de manera fraudulenta con el legítimo CE, eludir los controles y evitar así que sus productos sean valorados para saber si cumplen los requisitos que marca el Espacio Económico Europeo (EEE).

En China concibieron su copia del sello CE como un logo que habría de ser duradero y así ha sido, 17 años lleva entre nosotros sin que nadie haya podido echarlo atrás. El logo legítimo y el que lo imita coinciden en que tienen la misma tipografía, del mismo tamaño y casi siempre en el mismo color, el negro.

El problema es que el sello de Conformidad Europea no está registrado como un logo de la Unión Europea y por ello no se puede exigir la eliminación de la imitación asiática. Es más, en el año 2008 el caso del logo de China Export fue llevado al Parlamento Europeo y la Comisión Europea concluyó que se trataba de una inconsistencia de la marca China Export y por lo tanto una incorrecta aplicación del marcado CE, pero no cambió nada.

La UE acabó desentendiéndose del problema y emplazó a los estados miembros de la UE a controlar la imitación china, que pese a ello se mantiene vigente.

‘Made in China’

Lo cierto es que el sello de China Export ni siquiera habla por los productos que lo incluyen. Viene a ser como el clásico ‘made in China’, aunque es evidente que se trata de una copia interesada para confundir a los consumidores. Los productos que lucen el CE de China Export, además de un fraude, son ilegales y deberían ser retirados del mercado además de sancionarse a sus responsables.

Por el contrario, el sello CE europeo figura en los productos que ‘se lo han ganado’ en un lugar bien visible, con las letras de un tamaño nunca inferior a 5 mm e igualmente figura en la documentación del producto que debe incluirlo.

Es un requisitos de la Unión Europea que, sin embargo, no existen si se trata de productos que incluyen el CE de China Export, que siempre supondrán un riesgo para los consumidores.