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Día Mundial de los Derechos de las Personas Consumidoras

Día Mundial de los Derechos de las Personas Consumidoras

EN EL DÍA MUNDIAL DE LOS DERECHOS DEL CONSUMIDOR, UCE SOLICITA QUE PRIMEN LOS INTERESES DE LAS PERSONAS CONSUMIDORAS POR DELANTE DE OTROS INTERESES ECONÓMICOS

  • Cada 15 de Marzo conmemoramos que el presidente Kennedy, tal día como hoy en 1962, se dirigió al Congreso de los Estados Unidos y habló, por primera vez, de que los consumidores tenemos derechos.
  • En estos tiempos convulsos, debemos mantener la calma y huir de las informaciones no contrastadas que hablan de desabastecimiento alimentario.
  • El Gobierno debe actuar con prontitud para paliar los efectos de la subida generalizada de los productos.
  • La protección al consumidor debe primar sobre otros muchos aspectos hasta hoy considerados más importantes.
  • La información es un arma fundamental para el consumidor; pero la desinformación es un enorme peligro.

Como cada 15 de Marzo desde 1983, hoy celebramos el Día Mundial de los Derechos de las Personas Consumidoras, en esta ocasión, bajo el lema “Por unas finanzas justas”. Es muy llamativo que, precisamente, el sector financiero lleve varios años siendo el que mayor número de reclamaciones genera en nuestras oficinas por cláusulas abusivas en todo tipo de contratos, por los intereses de las tarjetas revolving o por la exclusión financiera de los mayores o de quienes viven en los núcleos urbanos con menor población.

Desde UCE, denunciamos la actitud de las entidades financieras contra sus clientes hipotecarios, consumidores que en su día suscribieron un préstamo plagado de cláusulas abusivas. A pesar de la abundante jurisprudencia que anula el suelo o la atribución de los gastos de constitución de las hipotecas, las entidades, lejos de atender las reclamaciones en vía extrajudicial, obligan a los ciudadanos a embarcarse en un complejo y costoso procedimiento ante los tribunales de justicia, que sistemáticamente terminan por darle la razón después de años esperando la devolución de las cantidades indebidamente abonadas. Tal es el desprecio de las entidades por sus clientes, que han llegado incluso en alguna ocasión a interponer recurso ante del Tribunal Supremo contra una sentencia dictada a favor de uno de nuestros socios por la audiencia provincial en 2019, para desistir del mismo cuando se le requiere para que alegue sobre su posible inadmisión, dos años y medio después.

Creemos que los poderes públicos deben tomar buena nota de las entidades que, haciendo caso omiso de la jurisprudencia y la legislación vigente, fuerzan nuestro marco jurídico para dilatar la solución definitiva de las reclamaciones planteadas por sus clientes-consumidores, obligándoles a emplear un tiempo y un dinero absolutamente injustificado.

Además, queremos aprovechar la ocasión para hacer un llamamiento a la calma para todas las personas consumidoras. Es cierto que, cuando parecía que los efectos económicos de la pandemia comenzaban a remitir, las locuras del dirigente ruso amenazan con desestabilizar la economía de todo el mundo; por supuesto, también la del bolsillo del consumidor. Además de las grandes cifras que está dejando el conflicto, cada uno de nosotros está notando el espectacular aumento de precio de los productos energéticos, con el petróleo y el gas a la cabeza y su repercusión en el precio final de lo que pagamos por la inmensa mayoría de lo que compramos o contratamos en nuestro día a día.

Ante esta situación, poco margen de maniobra tiene el consumidor. Quizás ahora sea buen momento para retomar los consejos medioambientales y sanitarios que, por ejemplo, nos invitan a dejar el coche y movernos caminando o en bicicleta; o a utilizar los electrodomésticos de la forma más eficiente posible; o a buscar la mejor relación calidad-precio en el supermercado, abonándonos a los productos frescos, locales y de temporada como opción más barata y saludable.

Quienes sí pueden hacer algo, y deben hacerlo, son nuestras autoridades. En estos momentos, la protección al consumidor debe primar sobre otros muchos aspectos hasta hoy considerados más importantes, como salvaguardar los beneficios de grandes empresas energéticas de nuestro país. Que Endesa ha obtenido un beneficio de 1.435 millones de euros en 2021 o Repsol haya ganado 2.499 millones en el mismo año, dejan bien a las claras que hay margen para que, disminuyendo sus ganancias, baje o al menos se contenga el precio de la luz o de los carburantes.

Además, el Gobierno debe actuar con prontitud para paliar los efectos que la subida generalizada de los productos energéticos está causando en millones de hogares en nuestro país, aumentando la pobreza energética hasta niveles nunca vistos.

Por otra parte, es especialmente importante mantener la calma ante las voces que avisan de un posible desabastecimiento alimentario, por la reducción de importaciones desde Ucrania y por los posibles efectos que la huelga de transportes puede llevar aparejados. Seguramente, muchos se dejen llevar por el temor a no poder comprar determinado tipo de artículos y hagan acopio de ellos, como sucedió al comienzo de la pandemia con el papel higiénico. En este sentido, UCE llama a la calma porque tal desabastecimiento no se va a producir, al menos en alimentos de uso común en los hogares.

La información es un arma fundamental para el consumidor; pero la desinformación es un enorme peligro. Por tanto, antes de dejarnos llevar por un temor infundado, contrastemos la información en la que basamos nuestras decisiones y tomémoslas con calma.

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