El 84% de los delitos sexuales en Internet tienen como víctimas a niños
Según los últimos datos del Ministerio del Interior, en 2022 se presentaron 954 denuncias por delitos sexuales a través de la red que tenían como víctima a un niño, niña o adolescente. Las denuncias que tienen como víctima a la infancia y adolescencia representan el 84% del total de este tipo de delitos. Es un delito, conocido como online grooming, al que aún hay que ponerle cara, tal y como explica Catalina Perazzo, directora de incidencia social y política de Save the Children.
“Es una forma de violencia que no se conoce, con lo que es difícil detectar, hay veces que los propios adolescentes no son conscientes de que son expuestos a este tipo de violencia. Además hay una situación de vergüenza y de culpa por haber generado esta situación, cuando en realidad es el adulto el que se acerca, no se cuenta lo que ocurre”, expresa Perazzo mientras avisa de que, sin embargo, el porcentaje va subiendo.
El estudio, que revisa 400 sentencias, concluye que en casi la mitad de los casos de abusos sexuales contra la infancia a través de Internet el agresor es una persona desconocida y en el 95% de los casos no cuenta con antecedentes penales. Las niñas representan un 57,4% del total de víctimas, mientras que los niños son víctimas en el 42,6% de los casos. Estas cifras contrastan con las del abuso sexual físico, donde ocho de cada 10 víctimas son niñas. Además aumenta la edad media del comienzo del acoso, que pasa de 11 a 13 años.
Procesos lentos
El 67% de los procesos duraron entre dos y tres años y en este camino las víctimas pueden llegar a contar su experiencia hasta tres veces antes del juicio. “Como sabemos, el hecho de que una víctima tenga que repetir la violencia sufrida, unido a otros aspectos como procesos judiciales largos, hacen que la víctima deba revivir la situación traumática”, avisan desde Save the Children.
Es por ello que desde esta organización demandan la existencia de una justicia especializada en violencia contra la infancia y adolescencia que incluya juzgados especializados, fiscalía específica y equipos técnicos especializados, entre otros. Ponen como ejemplo el modelo Barnahus, un recurso de atención integral e interdepartamental para la infancia víctima de violencia, que se implementó en 2020 en Catalunya, que trata de poner a la infancia en el centro y, por ejemplo, permite que las víctimas no se tengan que desplazar para tomar declaración. “Lo más importante es prevenir la violencia, pero una vez que se produce el sistema judicial tiene que estar a la altura. Existe la necesidad de que el niño y la niña no sean revictimizados ni tengan que contar lo mismo una y otra vez”, expresa Perazzo.
Cifras altas
Según los datos de la macroencuesta sobre Violencia contra la Mujer de 2019 se estima que 703.925 mujeres han sufrido violencia sexual fuera del ámbito de la pareja en la infancia, antes de cumplir los 15 años de edad. Perazzo llama a que se tome conciencia de una violencia que está más invisibilizada.“La violencia sexual contra la infancia es muy alta, debemos de ser conscientes como sociedad de que esto está sucediendo, no se ve una mejora y es necesario dar una respuesta”. Entre las soluciones para esta investigadora está que los niños y niñas tengan una educación afectivo sexual adecuada y que el sistema sepa contestar ante los casos. “Igual que se concienció sobre la violencia machista, es necesario visibilizar la violencia conta la infancia. A veces no se quiere ver, preferimos pensar que esto no ocurre, pero sí pasa”, zanja.