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El acceso a webs para adultos, un juego de niños

El acceso a webs para adultos, un juego de niños

No todo en internet es para todo el mundo. Las páginas webs con contenido para adultos, al igual que las redes sociales, tienen límites de edad para su acceso. En el caso de las webs de casas de apuestas, páginas con contenidos pornográficos y webs donde se puede comprar alcohol, entre otras, la edad mínima, no ya para suscripciones o compras, sino simplemente para el acceso, es de 18 años. En las redes sociales, depende de cada plataforma, pero suele rondar los 13 o 14 años de edad.

Todas estas plataformas cuentan con distintos sistemas para controlar que los usuarios tienen la edad estipulada en cada caso, pero son muy diferentes. En algunos, como las páginas de juego online, son estrictos y requieren de documentación, mientras que otros son más ligeros y fáciles de saltar, bastando con una mera declaración de que se es mayor de edad.

Estos sistemas son muy diferentes según el sector. Sin embargo, las normas son iguales para todas y, en todos los casos, si los menores consiguen burlar estos filtros y acceder a ciertas páginas o contenidos, las webs y plataformas pueden enfrentarse a una serie de responsabilidades y consecuencias por no haber aplicado procesos restrictivos suficientes, o la responsabilidad puede recaer en los padres y tutores si ha sido el menor el que ha falseado información.

La norma es clara y las páginas webs deben responder a ciertos requisitos para ser legales. Además de esas condiciones generales, cuando el servicio va dirigido de manera exclusiva a mayores de edad, y además se trata de contenidos que pueden comportar un riesgo para los menores, la empresa responsable del servicio deberá implementar mecanismos dirigidos a garantizar que solo se traten datos de mayores de edad. Es decir, que se bloquee y se controle de alguna manera que los menores no puedan acceder a estos contenidos.

No basta solo con incorporar mecanismos para declarar la edad, sino que deben implementarse mecanismos apropiados para verificar la edad. Así lo exige la Ley General de Comunicación Audiovisual, que establece las medidas para la protección de los usuarios y de los menores frente a determinados contenidos audiovisuales, al exigir que estas plataformas deberán “establecer sistemas de verificación de edad” para evitar que los usuarios menores de edad puedan acceder a contenidos que “puedan perjudicar el desarrollo físico, mental o moral de los menores, como la violencia gratuita o la pornografía”.

Páginas de juego

Aunque legalmente en España los menores de edad no pueden realizar apuestas, ya sea de forma presencial en un local o de forma online a través de una web o una app, un 28% de los jugadores comenzaron a apostar cuando aún eran menores, según recoge el “Estudio sobre prevalencia, comportamiento y características de los usuarios de juegos de azar en España 2015”. Por tanto, es imprescindible tratar este tema tanto en familia como en el centro educativo, pues tan solo un 38,8% de los estudiantes manifiestan haber sido informados de los efectos y los problemas asociados al juego online y a las apuestas.

Por ejemplo, en una de las páginas de apuestas deportivas más conocidas, Bwin, se declara que el nombre que utilice el usuario en su cuenta debe coincidir con su identidad legal y auténtica, y, también, coincidir con el nombre que aparezca en la tarjeta de crédito u otra cuenta de pago que utilice para realizar ingresos o recibir dinero. Es decir, no se puede hacer un uso de un alias, sino del nombre que figura en nuestro DNI.

En este caso la empresa de apuestas no cuenta con una verificación previa al registro (al entrar a la web, no salta ninguna ventana emergente solicitando datos), sino que puede solicitarlo tiempo después de haber hecho uso de la web, como explican en su protocolo para verificar la identidad de los usuarios: “La Empresa podrá pedir en cualquier momento pruebas suficientes (incluyendo, sin carácter limitativo, copias de un carnet de identidad o pasaporte válidos y/o de las tarjetas con las que realizó los pagos) y pruebas suficientes de la dirección (incluyendo, sin carácter limitativo, extractos de cuentas y facturas). No enviar estos documentos puede dar como resultado la suspensión de la cuenta o su cancelación. Finalizado el procedimiento de verificación de datos, la cuenta de juego será activada”.

En Sportium, a la hora de hacer el registro para crear una nueva cuenta, se indica debajo de la fecha de nacimiento y el DNI que es un contenido solo disponible para mayores de edad. En sus términos y condiciones señalan que se prohíbe el acceso a “cualquier persona menor de 18 años o que no haya alcanzado la mayoría de edad de acuerdo con lo establecido en la legislación española”. La identificación del usuario es obligatoria para poder participar en la web, y para ello deberán enviar una copia de su DNI.

Sin embargo, como explicábamos en el informe sobre el acceso al juego online publicado en el número 135 de Consumidorex, publicado el pasado mes de noviembre, el 10% de los menores de entre 14 y 18 años, hacen apuestas de forma más o menos frecuente.

Páginas pornográficas

La normativa vigente determina que este tipo de páginas sólo pueden permitir el acceso a los mayores de 18 años puedan acceder a ellas. Por ejemplo, en Pornhub, que recibe más de 300 millones de visitas diarias, indican en sus términos y condiciones: “Usted afirma que tiene al menos 18 años o la mayoría de edad en la jurisdicción desde la que accede al sitio web, y que es totalmente capaz y competente para aceptar los términos, condiciones, obligaciones, afirmaciones, representaciones y garantías establecidas”. Si eres menor, señalan, “te pedimos que no uses esta página”.

Evidentemente, esta solicitud de autoexclusión no tiene absolutamente ninguna repercusión en los menores que entran en este tipo de páginas que, además, cada vez son más numerosos y jóvenes. De hecho, más de la mitad de los menores accedió por primera vez a la pornografía antes de los 13 años, y un 8,7% antes de los 10 años, con una edad media de 12 años, según una encuesta de la ONG Save The Children. Esa misma encuesta refleja que casi la mitad de los adolescentes imitó alguna vez lo que vio en la pornografía y que no siempre lo hizo de mutuo acuerdo.

Y no es difícil de entender el porqué de estas cifras cuando sabemos que el Pornhub no cuenta con un sistema de verificación para los usuarios que acceden al contenido. De hecho, cuando entras a la web, ni siquiera salta una ventana emergente para tratar de limitar el contenido a menores de edad, sino que directamente muestra los vídeos. Sí tiene métodos de verificación para aquellos que crean el contenido y lo suben a la página web.

En el caso de la página XVideos sí que encontramos una ventana emergente en la que nos recuerdan “¡ADVERTENCIA este sitio es sólo para adultos!” con la que reiteran que el contenido es para mayores de edad. Al acceder, dicen, el usuario “certifica y garantiza” a la empresa que “tiene al menos 18 años o es mayor de edad según las leyes de su estado, provincia o país” y que “sabe y entiende que los materiales presentados y/o descargables desde este Sitio web incluyen imágenes visuales, de audio y/o textuales explícitas de desnudez y actividades sexuales explícitas”. Si los adultos, en la práctica totalidad

de los casos, estas condiciones generales del servicio, ¿qué creemos que hará un menor? Evidentemente, esta declaración no tiene ningún valor.

En cualquier caso, tampoco los Términos de Servicio de XVideos recogen ningún sistema de verificación para sus usuarios, tan solo solicitan un nombre de usuario y una contraseña únicos que deberá proporcionar para acceder a las partes no públicas del Sitio web.

Páginas de venta de alcohol

El mismo panorama nos encontramos en las páginas web que venden alcohol, que también están vetadas para los menores de edad. En muchas de ellas nos preguntan al entrar “si eres mayor de edad”. Para probarlo, simplemente, tienes que darle clic a “. Otras veces, piden que escribas tu fecha de nacimiento. Pero no hay ningún tipo de verificación, por lo que no es complicado mentir acerca de nuestra edad para poder acceder al contenido.

En estos casos, si accedemos a la sección de compras, la empresa dirá que el menor ha introducido unos datos (DNI y tarjeta de crédito), de alguien mayor de edad y, por tanto, será este el responsable de lo que haya hecho el menor, y no la empresa. Pero no es suficiente, al menos en Extremadura, porque nuestra Ley de prevención del consumo de bebidas alcohólicas en la infancia y la adolescencia determina que “Los propietarios y empleados de los establecimientos, así como cuantas personas intervengan en el suministro de bebidas alcohólicas, deberán exigir la presentación o exhibición de documento oficial acreditativo de su edad.”

Esta exigencia debe considerarse extendida a cualquier ámbito de venta, sea real o virtual, por lo que los vendedores de alcohol deben implementar sistemas de verificación de identidad, al menos, tan eficaces como la de pedir el DNI en un bar en el que alguien pide una cerveza.

Conclusión

Ponerle puertas a internet parece imposible. Pero lo que queda acreditado con los ejemplos desglosados en este informe es que los operadores de páginas web que deben prohibir el acceso a menores, es que el esfuerzo que están haciendo es mínimo. No se puede pensar que con una simple declaración de un menor reconociendo que lo es, se está evitando su acceso. Es un sistema abocado al fracaso desde su inicio.

Por lo que hemos explicado hasta ahora, parece que la responsabilidad de impedir el acceso de los menores a páginas prohibidas recae exclusivamente en los propietarios de estas. Pero no es así. Las administraciones deben y pueden hacer mucho más. La mejor prueba de ello es la iniciativa que ahora, en diciembre de 2023, ha asumido la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) para generar un sistema de verificación de edad que limite el acceso de los menores a contenidos inadecuados, como la pornografía, en Internet. Llegan tarde, pero llegan.

Por nuestra parte, haremos lo que tenemos que hacer, y denunciaremos a todas las páginas web que, ofreciendo contenido exclusivo para adultos, no tienen ningún sistema de verificación de identidad. Y esperamos que esta vez la denuncia sirva para colocar esas puertas a internet.

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