El ‘efecto pluma’ llega a los consumidores de luz europeos
Existe en el argot energético e industrial los denominados efectos cohete y pluma. Es decir, que a la hora de trasladar al consumidor final los costes de las materias primas se hace muy rápido (efecto cohete) pero cuando esos precios mayoristas bajan, tardan más en trasladarse a los consumidores (Efecto pluma).
Pues bien, con los precios actuales de los mercados mayoristas de la luz, que son notablemente más bajos que los del año 2022 cuando se llegaron a alcanzar precios desorbitados en los mercados mayoristas de electricidad y gas, dicha caída se está retrasando a la hora de trasladarse a los consumidores de luz en Europa.
Esta es una de las principales conclusiones del nuevo informe de la Asociación de Reguladores Europeos (ACER) de seguimiento del mercado minorista de energía y protección al consumidor de 2023.
“En la mayoría de los Estados miembros, los precios minoristas de la electricidad y el gas aumentaron significativamente en respuesta a los aumentos de los precios mayoristas. A pesar de las recientes reducciones de los precios mayoristas de la electricidad (2023), los precios al usuario final están cayendo a un ritmo más lento”, explica ACER.
Alto coste del intervencionismo
Y es que durante la crisis los distintos Estados Miembro de la Unión Europea aplicaron medidas intervencionistas para apoyar a sus consumidores residenciales e industriales. Este apoyo ha tenido un coste para los presupuestos nacionales muy alto.
Según recoge el informe, con datos de Bruegel, el total de la UE se ha gastado 646.000 millones de euros en distintas medidas para contrarrestar la crisis energética sufrida en los últimos dos años.
De ellas Alemania cerca de 250.000 millones y en el caso de España unos 40.000 millones.
Unas medidas a las que la Comisión Europea quiere poner fin por el alto endeudamiento de algunos países que hacen peligrar la estabilidad financiera. Pero algunos países como Francia o Alemania no quieren aparcar tan pronto.
En este aspecto, los reguladores confirman la necesidad de que las medidas de apoyo a la crisis sean específicas y personalizadas por cada Estado Miembro. La situación de cada uno es muy distinta.
Destrucción de la demanda
Por ello, una lección importante de 2022 es la necesidad de orientar más las medidas de apoyo (si es necesario) e incentivar la reducción del consumo de energía.
El informe también ofrece datos sobre la demanda que se ha visto muy afectada, sobre todo por la parte de la industria. Por el contrario, la demanda de energía en el sector de los hogares no se vio muy afectada por la crisis energética.
Un ejemplo, la demanda de gas en la industria, España es el país de la UE (sin contar Reino Unido) que más cayó, un 40%, frente a los niveles pre-Covid.
Además, en algunos Estados miembros aumentó la adopción de contratos de precio fijo (en comparación con 2021), en otros, los clientes pasaron a contratos de precio variable u otro tipo de contratos de precio.
Y es que en la mayoría de países es un caos la información que hay al respecto de las tarifas eléctricas que imposibilitan al ciudadano a tomar buenas y correctas decisiones.
En definitiva, aún queda mucha tela que cortar y que mejorar en la relación sector energético con el consumidor.