Fue tradición. Durante años, el primer día del nuevo año llegaba con subidas en el precio de los servicios esenciales como la luz y el gas. Las cosas han cambiado. Este año, no habrá subidas el 1 de enero-. El Gobierno ha prorrogado durante los primeros meses de 2021 la parte fija de la factura de la luz, los denominados peajes y cargos eléctricos. Seguirán vigentes, al menos, hasta la fecha del 1 de abril. En esa fecha está previsto que entre en vigor la nueva estructura del recibo diseñada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que representa un vuelco: introduce la discriminación horaria en todos los peajes y supone una revisión y simplificación de los periodos horarios. Fuentes empresariales apuntan a que la entrada en vigor podría posponerse incluso al mes de julio.
Con el nuevo recibo, los usuarios domésticos de electricidad tendrán la posibilidad de contratar varias potencias (por ejemplo, para recarga de coche eléctrico) y podrán aprovechar más las franjas horarias de las tarifas (horas punta, llano y valle). La nueva tarificación obligará a las distribuidoras eléctricas a reprogramar 27 millones de contadores y a modificar sus sistemas. Las seis tarifas actuales de los consumidores domésticos pasan a una sola (2.0 TD), con precios distintos en horas valle, punta o llano. A los consumidores que están en el mercado regulado (PVPC, Precio Voluntario al Pequeño Consumidor) automáticamente se les aplicarán los nuevos periodos. Quienes estén en precio libre, tendrán que estudiar las distintas ofertas del suministrador.
En paralelo, el Gobierno tiene previsto aprobar en el primer semestre del próximo año el proyecto de ley que crea el Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE) y que “limpiará” del recibo de la luz los cargos de 7.000 millones anuales destinados a financiar las renovables. La limpieza, según el Ministerio de Transición Energética rebajará el recibo de los hogares en un 13% en cinco años. Si no se modificara el sistema actual, con la Ley en vigor habría que ajustar al alza la parte regulada del recibo de la luz de manera automática. Con las previsiones actuales, esto supondría un incremento de entre un 10% y un 15% de la parte regulada de la factura.
En el caso del gas, las variaciones que estarán en vigor en 2021 se aprobaron en octubre pasado. La CNMC publicó los nuevos valores de los peajes para el gas natural, que estarán vigentes de un modo transitorio hasta que se complete la reforma regulatoria prevista. Según sus cálculos, los nuevos peajes han supuesto rebajas de entre el 1,6% y el 16% en todos tramos tarifarios, pero está por ver cómo repercutirá en la factura el nuevo fondo verde. Fuentes del sector gasista estiman que la factura podría incrementarse en un euro mensual en el segundo semestre. Los peajes del gas no se revisaban desde 2014 y Competencia ha puntualizado en el BOE que los valores podrían modificarse en medio del año de gas (de octubre a octubre), una vez se disponga de todos los importes, «si se producen circunstancias excepcionales debidamente justificadas».
El cambio en la estructura del recibo de la luz es un asunto polémico. España logró la dudosa marca de permitir en la factura de electricidad el término fijo más caro de Europa. Todo por la reforma que aprobó el Gobierno del PP en el año 2013, que prácticamente duplicó el coste del peaje de potencia y potenció la parte fija del recibo (la potencia contratada) frente a la energía consumida, la parte variable. Los críticos sostienen que la parte fija del recibo pasó de representar el 20% en 2012 al 40% en 2019, lo que es una excepción, aseguran, a nivel internacional.
El debate es enconado porque el recibo de la luz ha sido durante mucho tiempo una especie de trastero con tantos elementos que pocos los recuerdan con detalle. Poco a poco, las recomendaciones de Competencia, la legislación comunitaria y el plan de transición energética del Gobierno están aclarando el guiso, aunque no sin problemas. En primavera o quizá verano, habrá un nuevo recibo para los usuarios domésticos. Hay muchas cosas por aclarar. Entre otras, la posibilidad de que cada cliente reciba en abril -o en el mes que se aplique el cambio- dos facturas. El de cierre de facturación con el viejo sistema y el del mes con nuevas tarifas.
Queda mucha tarea pendiente. La asociación Aelec -antigua Unesa-, en la que se integran las grandes eléctricas, explica que una vez que el Ministerio de Transición Ecológica publique toda la normativa sobre la metodología de cálculo de peajes y cargos -falta esta última- «se deberán establecer las tarifas correspondientes a cada periodo», así como los plazos para la transformación de los sistemas técnicos.
No va a ser fácil. Las eléctricas se curan en salud y ya adelantan que «deberá existir un periodo transitorio amplio que tenga en cuenta las diferentes casuísticas y el paso definitivo a la nueva metodología. Algo que, lógicamente, lleva un tiempo». Todo ello, aseguran fuentes empresariales, podría retrasar el calendario previsto más allá de abril.