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Formato ahorro… realidad o engaño

Los formatos de venta de gran cantidad de productos de alimentación y droguería que encontramos en los supermercados e hipermercados, han ido diversificándose con el paso de los años hasta encontrar una gran variedad, que trata de adaptarse a las necesidades concretas de cada hogar.

Por lo general, entendemos que aquellos de mayor tamaño tienen dos ventajas más o menos claras: la primera, un menor impacto en el medio ambiente por la reducción de envases –frente a dos envases de un kilo, por ejemplo, requiere menos esfuerzo medioambiental, uno de dos kilos-, y la segunda, un menor precio. De hecho, muchos de esos envases de mayor tamaño se venden bajo el lema “formato ahorro”.

En 2010, publicamos en Consumidorex un informe en el que desmentíamos la realidad de ese ahorro, denunciando que, en demasiadas ocasiones, ese formato escondía un precio mayor que el de otro más pequeño. Por ejemplo, comprar un paquete ahorro de dos kilos de arroz era más caro que adquirir dos de un kilo.

Hoy, once años después, y conscientes de que la situación económica que estamos viviendo empuja a las familias a buscar fórmulas para abaratar su cesta de la compra, hemos vuelto a los supermercados e hipermercados de nuestra región para comprobar si el formato ahorro de verdad compensa. Y hemos concluido que no siempre se cumple esa promesa. 

En total, hemos visitado varios establecimientos de siete de las cadenas de alimentación de mayor implantación en nuestra Comunidad Autónoma, comprobando los precios de decenas de artículos y comparando sus envases ahorro con los “normales”. Al mismo tiempo, hemos separado los productos de alimentación y los de droguería por razones obvias, pues comprar el envase más grande de productos de alimentación puede suponer un ahorro, pero si su tamaño impide que lo consumamos al completo antes de su fecha de caducidad, y nos vemos obligados a tirarlo, estaremos echando por tierra ese supuesto ahorro.

Para hacer esta comparativa, es fundamental fijarse en una información que obligatoriamente tiene que incluirse en la etiqueta que nos indica el precio en la estantería correspondiente, que es el precio por unidad de medida. Eso nos permite comparar, por ejemplo, un envase de 360 gramos con otro de 800 gramos, pues en ambos nos deben decir el precio por kilo; igual sucede en, por ejemplo, leche (precio por litro), detergente (precio por lavado) o papel de cocina (precio por rollo).

Alimentación 

Evidentemente, no podemos comparar los precios de las miles de referencias que están a la venta en los supermercados e hipermercados. Pero de la muestra que hemos estudiado, llegamos a la conclusión de que no siempre el formato ahorro sale rentable. Y no es rentable por dos motivos.

En primer lugar, hay ocasiones en las que, directamente, el envase más pequeño es proporcionalmente más barato que el de mayor tamaño. Por ejemplo, el Kétchup Prima de 1,8 kilos en El Corte Inglés cuesta 2,97 €/kg y el de 800 gramos, 2,81; y el Heinz de 700 gramos, en el mismo establecimiento, cuesta 4,27 €/kg frente a los 4,21 del envase de 570 gramos. Y lo mismo sucede con el pan de molde Bimbo, la leche La Asturiana y otros muchos casos, como la Nocilla en Cash Fresh, donde el formato ahorro tiene un precio de  6,44 €/kg y el pequeño, de 5,53 €/kg.

Y, en segundo lugar, tenemos que tener en cuenta que los productos de alimentación tienen fecha de caducidad. Si, por ejemplo, compramos un paquete de cereales Chocokrispies de 720 gramos en Carrefour, ahorraremos 5 céntimos con respecto al de 450 gramos; pero, con tan poca diferencia, tenemos que ser muy conscientes de si vamos a consumir tanta cantidad dentro de la fecha de caducidad, pues corremos el riesgo de vernos obligados a tirar a la basura lo que nos sobre.

Droguería

En productos de limpieza o cosmética, este segundo condicionante no suele ser tan importante, pues la fecha de caducidad suele ser mucho más alejada en el tiempo. Por tanto, podemos decantarnos siempre por el envase de mayor tamaño… siempre y cuando salga más barato, y no siempre lo es.

Así, por ejemplo, podemos comprar un envase de 5 unidades de lavavajillas para máquina Fairy por 0,20 €/unidad, o el formato ahorro de 56 unidades, a un precio de 0,32 €/unidad; o irnos a Spar y comprar un formato ahorro de pañales, cuyo precio por unidad es exactamente el mismo que el más pequeño; o adquirir un bote de champú HS Clásico por 8,70 €/litro, en lugar del formato “XXL”, que nos cuesta 8,95 €/litro.

Conclusiones 

Como vemos, son muchos los casos en los que los envases en “formato ahorro” son más caros que los convencionales. Y, si no lo es, la diferencia es tan pequeña que no merece la pena el riesgo de tener que tirar a la basura el sobrante que no somos capaces de consumir dentro de la fecha de caducidad. Por ejemplo el aceite de oliva, va perdiendo sus propiedades organolépticas una vez abierto; mientras que los cosméticos, por su parte, pierden calidad.

En este sentido, es fundamental antes de meter el producto en el carrito, comparar el precio por unidad de medida (kilo, litro, por dosis, por rollo…), en función del tipo de producto, es un dato obligatorio. 

Recuerda que el tamaño más grande no siempre es el más recomendable

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