Los consumidores se preparan para una nueva realidad de larga duración
A medida que avanza la pandemia, muchas personas se han adaptado a las nuevas circunstancias y parecen estar preparándose para una situación que prevén tenga una larga duración, tal y como revela la nueva oleada del Barómetro Covid-19 de Kantar.
Como ejemplo destaca un repunte reciente en quienes dicen que están comprando productos de protección personal (un 3% más desde la oleada de finales de junio), lo que es “un indicador pequeño pero significativo que refleja las creencias generales de que es poco probable que las circunstancias cambien pronto”, destaca la consultora
En concreto, el barómetro revela que se mantienen los niveles de preocupación general por el futuro (51%) y las preocupaciones de que la economía tardará mucho en recuperarse (61%), así como que tendrá un impacto a largo plazo en términos de pérdida de empleos y negocios en dificultades. Todo ello refleja una expectativa de tiempos difíciles por delante.
Los hogares continúan sintiendo la presión de las finanzas tensas y siguen comprometidos con una sólida planificación financiera. Un número cada vez mayor de consumidores busca gangas, mientras que un 70%, cifra récord, presta mayor atención a los precios, y un 58%, también en un nivel récord desde finales de marzo, busca de productos en oferta. Con un 42% retrasando grandes compras y la mayoría (79%) sin planes de vacaciones, la repriorización y la moderación son los principios rectores de la vida diaria de hoy.
Salud y seguridad
Los impactos más amplios del virus y la preocupación por enfermarse permanecen prácticamente sin cambios desde oleadas anteriores. Los niveles generales de preocupación por la situación se han estabilizado, rondando el 71% a nivel mundial, aunque existe variabilidad entre los grupos de países, según las tasas de casos de Covid-19.
En el momento de este estudio, a mediados de agosto, en países como Italia, Reino Unido y Tailandia, donde las tasas de casos se habían estabilizado, la preocupación disminuyó en un 3%, en comparación con la ola anterior. En países como España, Alemania y Australia, que estaban experimentando segundas oleadas, la preocupación creció un 4%. Y en países con aumentos sostenidos, como Brasil, Indonesia y EEUU, La preocupación aumentó un 1% adicional desde los niveles ya elevados.
Pero, para muchos, hay poco escape de la sombría realidad de la pandemia, con un 54% que verifica las cifras diarias de infecciones y muertes. No es de extrañar, entonces, que los hábitos de higiene parezcan haber llegado para quedarse con un número constante (55%) de personas que continúan comprando más productos desinfectantes.
Y es que, a pesar de la cobertura negativa de los medios de comunicación de las personas que no cumplen, el 77% está de acuerdo en cumplir con los procedimientos de salud y seguridad relacionados con la higiene y de seguir las pautas gubernamentales sobre el distanciamiento social. Pero la cooperación tiene sus límites y la autoconservación sigue siendo una defensa necesaria, ya que el 68% se aleja de otras personas en público cuando se acercan demasiado. Sin embargo, el cumplimiento social sigue siendo una expectativa, con un número similar (69%) que se siente enojado cuando ven que alguien más no se adhiere a las últimas pautas del gobierno y un número creciente (65%, cinco puntos porcentuales más desde la sexta olada) que cree que los infractores de las reglas deben ser multados.
La tragedia fomenta nuevos hábitos saludables
Como nota alentadora, la pandemia ha propiciado nuevos cambios saludables en el comportamiento. Por ejemplo, el consumo de frutas y verduras gana popularidad en el Reino Unido y la gente en China se está enfocando en hábitos alimenticios más saludables. Los millennials están pasando más tiempo de calidad en casa con los miembros de su hogar, mientras que los adultos mayores (55 años o más) se han propuesto mejorar las cosas, prestando más atención a la higiene general. Las personas también están compartiendo el amor con ellas mismas, con aumentos en la lectura, el ejercicio y las actividades de desarrollo personal que reciben un impulso en popularidad.
El fomento de la comunidad y el localismo continúa ganando impulso, con un 69% a nivel mundial que dice que están apoyando a las tiendas locales y un máximo del 52% (más de cinco puntos porcentuales desde la Ola 2) prestando mayor atención a los orígenes de los productos. Menos un reflejo del sentimiento nacionalista, estas inclinaciones proteccionistas parecen estar más relacionadas con el apoyo económico de los vecinos y la seguridad de comprar cerca de casa.
El 69% de las generaciones más jóvenes que siempre se adaptan (Centennials y Millennials) piensan que los hábitos de consumo cambiarán como resultado de la crisis, mientras que algo menos de la mitad de las personas mayores de 55 años piensan que sí.
Vuelta a la “normalidad”
De cara al futuro, la mayoría de las personas (51%) piensa que pasará al menos un año antes de que las cosas vuelvan a la “normalidad”. A pesar de los continuos esfuerzos por abrir las economías y los mercados de todo el mundo, los residentes siguen siendo cautelosos. Para sentirse seguro, el 56% dice que necesitaría una vacuna, el 48% requisitos de mascarilla para todos, el 47% el distanciamiento social continuo y el 45% la esterilización regular en espacios públicos y comerciales.
Como tal, la gente sigue dudando en volver a sus actividades normales, como ir a la peluquería, la oficina o un restaurante. La gran mayoría (67%) de las personas, cautelosas con la proximidad cuando se reduce el bloqueo, dicen que conducirán ellas mismas, prefiriendo eso a otras formas de transporte por un amplio margen. El 72%, por su parte, dice que es poco probable que vuelen al extranjero incluso cuando el bloqueo se alivie.
En este contexto de incertidumbre, el 23% por ciento de las personas, la mayor proporción, “quiere que las marcas lideren con el ejemplo y guíen el cambio”. Las proporciones restantes quieren que las marcas aborden la crisis de otras formas, como “atacar la crisis y demostrar que se puede combatir” o “ser prácticas y realistas y ayudar a los consumidores en su vida diaria”. A medida que se avecina la recesión mundial, queda por ver cómo las marcas y los gobiernos se levantarán para enfrentar los desafíos futuros, concluye Kantar.