Los españoles siguen confiando sus ahorros a la banca
Meter el dinero en el banco sigue siendo la primera opción de los españoles a la hora de ahorrar. Ni la gran crisis financiera de hace una década que bajó al fango la reputación del sector ni los ataques recibidos desde determinadas áreas del Gobierno han quebrado la confianza de los ahorradores en las entidades financieras, que según los datos difundidos este jueves por el Banco de España durante 2019 recurrieron de forma prioritaria a los instrumentos financieros ofrecidos por los bancos a la hora de invertir sus ahorros, muy por delante de otras opciones de riesgo como la adquisición de acciones o participaciones en los mercados de capitales. Nadie auguraba entonces lo que iba a ocurrir con el coronavirus, pero sí se empezaban a escuchar los primeros tambores de crisis y ante el aumento de la incertidumbre los ahorradores han preferido guardar el dinero en el banco ante lo que pudiera ocurrir por delante de otras alternativas.
En un ejercicio – el de 2019 – en el que la hucha de las familias españolas se llenó hasta niveles desconocidos desde el año 2013, hasta suponer el 7,4% de su renta disponible, y aumentó también su inversión en activos financieros, los ahorradores buscaron de forma prioritaria el refugio de los depósitos bancarios en los que alojaron cerca del 6% de su renta disponible. Según el análisis del Banco de España, en 2019 «el ahorro invertido en instrumentos gestionados por inversores institucionales siguió ganando peso, en detrimento de las tenencias directas de valores».
Esto se tradujo en un incremento de las inversiones en instrumentos como los seguros y los planes de pensiones, que pasaron de captar el 0,5% de la renta de los hogares en 2018 a hacerse con un 1% de la misma en 2019; o la adquisición de participaciones en fondos de inversión. Por contra, la inversión neta en acciones y participaciones de sociedades se redujo de forma significativa y las inversiones de menor riesgo – como la adquisición de valores de renta fija – se incrementó pero de forma muy modesta, según los datos recabados por el supervisor. El Banco de España también ha detectado un retroceso de los colchones de dinero en efectivo de los hogares.
La cautela de los hogares a la hora de manejar sus ahorros tiene sus motivos. Al cierre del 2019, la tasa de endeudamiento de los hogares españoles estaba en el 91% de su renta bruta disponible y pese a haberse reducido en cuatro puntos a lo largo del año continuaba en unos niveles inquietantes, más aún a las puertas de un ejercicio que se anunciaba como de importante desaceleración económica. En el otro lado de la balanza, el Banco de España resalta que la riqueza financiera de las familias creció hasta el nivel más alto desde antes de la crisis pero precisamente esa crisis demostró la facilidad con la que ese colchón se puede desinflar en un contexto de retroceso de la actividad económica. De hecho, el propio Banco de España ya reportó hace apenas unas semanas una caída del 6,2% en la riqueza de los hogares en el primer trimestre del año por el efecto de la Covid-19.
El ‘colchón de seguridad’ de las empresas
La prudencia fue también la norma en el comportamiento financiero del sector empresarial. Tras un periodo después de la crisis en que las empresas han reducido en cerca de 50 puntos su tasa de endeudamiento respecto a lo máximos alcanzados en el año 2010, el año pasado las empresas volvieron a solicitar a la banca menos crédito que el año anterior y redujeron su nivel de endeudamiento hasta el 73% del PIB, dos puntos menos que en 2018.
El balance del Banco de España apunta a que durante el año pasado las empresas aprovecharon el momento del mercado para priorizar las emisiones de títulos de deuda – por las favorables condiciones de los mercados – sobre la financiación bancaria. La estrategia de financiación de las empresas y la revalorización de sus activos sirvieron para empujar la ratio de recursos propios sobre el PIB hasta el 216%.