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Oruga procesionaria, un peligro para los perros

Oruga procesionaria, un peligro para los perros

En primavera, y ya casi en cualquier época del año, hay que tener especial cuidado con los insectos, ya que al igual que las personas, tu mascota puede ser sensible a su veneno.

La oruga procesionaria es un insecto de tipo lepidóptero, es decir, una mariposa en su forma de larva. Las procesionarias son consideradas una plaga y son el insecto defoliador más importante de los pinares españoles.

Esta especie se caracteriza, como su propio nombre indica, por ir pegadas unas a otras en fila india, formando una procesión. Esto lo hacen en su última fase larvaria, cuando descienden de los árboles al suelo. Al desplazarse en fila, se protegen mutuamente de los depredadores poniendo a salvo sus cabezas.

Esta oruga es frecuente encontrarla entre los pinos de un parque, en el campo o en el bosque cuando se acerca la primavera. ¡Y es muy peligrosa para los perros!

Las orugas suelen aparecer en los meses de mayo y junio, aunque con los efectos del cambio climático se pueden adelantar a abril e incluso marzo. Por lo que hay que tener cuidado entre los pinares y los cedros, ya que suelen ser estos los tipos de árboles donde anidan, para más tarde bajar en procesión, enterrarse para terminar con su ciclo y, finalmente, convertirse en mariposas.

En el estado de oruga, este insecto está recubierto de miles de pelos muy urticantes que flotan en el aire. Estos pequeños pelos pueden provocar irritación en ojos, oídos, nariz, garganta y, a personas o animales sensibles, una fuerte reacción alérgica respiratoria. Por lo que, aunque en ocasiones se habla de la picadura de la procesionaria en perros, realmente no es un picadura (mordida) como tal lo que causa esas peligrosas reacciones alérgicas.

La toxina presente en los pelos de la oruga puede mantener su efecto hasta un año después de haber sido expulsados y arrastrados por el viento.

Los perros están muy expuestos a este insecto ya que suelen olfatearlo o lamerlo, provocándoles una grave reacción alérgica. Si esto pasa, hay que acudir al veterinario rápidamente pues su vida podría estar en peligro.

Los efectos son visibles en cuestión de minutos. El perro se sacudirá e intentará rascarse en la zona irritada; si le ha dado un lametón, la lengua se le hinchará.

En resumen, los síntomas de la oruga procesionaria en perros son:

  • Babeo o salivación excesiva
  • Lengua roja, amoratada o negra
  • Hocico y labios hinchados
  • Irritación ocular y picor generalizado
  • Fiebre 

 

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