Seis consejos para reducir tu factura de luz y gas con la caída de los termómetros

A medida que el otoño avanza, las temperaturas van descendiendo. Si bien comenzábamos la estación con valores por encima de lo normal para la época del año, ya se empieza a notar el aire más fresco y una notable bajada de los grados. Así, es un buen momento para preparar el hogar de cara a la temporada de frío.

La caída del mercurio coincide este año, además, con el Día Mundial del Ahorro Energético, que se celebra el 21 de octubre. Por ello, con el objetivo de concienciar y contribuir a la eficiencia energética, te dejamos a continuación una serie de consejos que te permitirán ahorrar energía y, a su vez, cuidar del medioambiente.

Aislamiento del hogar

Un buen aislamiento de la vivienda puede marcar la diferencia. Y es que esto nos beneficia en cualquier época del año, ya que ayuda a regular la sensación térmica del interior tanto para el calor como para el frío. Sin embargo, son muy pocas las casas que cuentan con esa característica.

En este sentido, la Asociación Nacional de Fabricantes de Materiales Aislantes señala que 6 de cada 10 viviendas tienen carencias de aislamiento, lo que aumenta el gasto energético de las viviendas, sobre todo de las que se encuentran más envejecidas.

A pesar de que aislar térmicamente la vivienda es costoso, hay pequeños gestos que pueden ayudar. Para ello, es importante verificar el buen estado de puertas, ventanas y persianas, así como sellar las rendijas o los huequitos por los que pueda haber escapes. También puedes instalar burletes bajo las puertas para mantener la temperatura. 

Aprovechar las horas de luz

Con el horario de invierno tenemos menos horas de luz al día, pero debemos aprovechar ese tiempo para ventilar, abrir ventanas, subir persianas, correr las cortinas y dejar pasar el calor y la luz a la vivienda hasta que el sol se ponga. 

De esta forma, el hogar regulará su temperatura interna de forma natural y, además, se puede conseguir un gran ahorro energético en la factura eléctrica al no tener que encender las bombillas durante buena parte del día.

Por otro lado, respecto a las bombillas, es recomendable utilizar unas de bajo consumo o LED con el objetivo de apostar por una iluminación eficiente. Y es que, aunque cuestan más dinero, a la larga duran mucho más y ayudan a ahorrar hasta un 90% del consumo de energía.

Mantenimiento de los electrodomésticos

El cambio de estación es un buen momento para realizar un mantenimiento regular de los electrodomésticos para garantizar su uso y una mayor eficiencia en su funcionamiento. 

La caldera y los radiadores son muy utilizados en los meses de frío, por lo que debemos tener en cuenta su cuidado y mantenimiento. Así, debemos purgar los radiadores antes de comenzar a usarlos y asegurarnos de que estén limpios y sin muebles delante que dificulten la difusión del aire. 

En cuanto a otros electrodomésticos, si estás pensando en renovar una lavadora, nevera o lavavajillas es recomendable optar por modelos  con etiqueta energética A o B, ya que son los que menos consumen y supondrán un ahorro significativo.

Hacer un buen uso de la calefacción

La calefacción en uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta: cada grado supone una diferencia del 7% en el consumo. Por ello, hacer un buen uso, utilizándolo solo durante el tiempo necesario y a una temperatura suficiente ayudará a ahorrar en la factura.

Del mismo modo, emplear mecanismos de regulación o termostatos inteligentes que monitorizan el consumo de la vivienda también permiten a reducir el gasto energético, siempre que se programe y se utilice de manera correcta.

Cuidado con el consumo fantasma

Una práctica muy habitual en la mayoría de los hogares es apagar aparatos electrónicos pero dejarlos conectados a la red, lo que se conoce como «consumo fantasma» porque, aunque no estén encendidos o estén en reposo, continúa haciendo uso de la electricidad.

Y esto representa hasta un 10% del total de la factura eléctrica de los hogares europeos, lo que se traduce a unos 60 euros al año. Para prevenir este incremento, no dejes nada conectado en stand by y desenchufa los cargadores después de usarlos y apaga el botón rojo de la regleta.

Ahora bien, para ver resultados significativos en el importe de la factura hay que tener en cuenta los aparatos que más consumen en reposo, que son la televisión, el aire acondicionado, el decodificador de la TDT, el DVD, el Wi-Fi y las consolas.

Ajustar la potencia contratada

Otra posibilidad para ahorrar en el consumo de energía es ajustando la potencia eléctrica contratada. Y es que cuanta más potencia, más pagas: cada 1,15 KWh de potencia supone un gasto de unos 50 euros anuales.

La potencia se refiere a la cantidad de electricidad que puedes utilizar a la vez en el suministro eléctrico de tu hogar, es decir, cuántos electrodomésticos puedes encender a la vez sin que se vaya la luz. 

Esto significa que si tienes una potencia contratada muy superior a la necesaria, estarías pagando más cuando realmente podrías realizar tus tareas cotidianas con menos. Para cambiarla, debes averiguar qué potencia sería suficiente y solicitarlo a tu compañía de electricidad.