Un teléfono móvil debería durar 232 años para compensar su efecto sobre el medioambiente

El consumo incansable de tecnología se ha convertido en uno de los grandes problemas de la sociedad en términos de sostenibilidad.

Comprar el último modelo de smartphone se vive casi como una obligación y eso está generando un problema medioambiental que ahora tanto fabricantes, a través de cambios en los materiales y en su propio consumo energético, como los políticos y los usuarios buscan cambiar.

La Comisión Europea ha puesto en marcha la campaña “Tu futuro. Tu elección” para concienciar a los consumidores sobre la importancia de tomar decisiones informadas.

Una de las áreas de acción de esta campaña es, precisamente, el consumo sostenible. La Comisión anima a utilizar los dispositivos durante más tiempo y a repararlos cuando se rompan o a comprar sustitutos de segunda mano.

En este sentido, advierte sobre el coste que tienen los productos tecnológicos más allá del económico.

“Un teléfono móvil debería durar 232 años para compensar su efecto sobre el medioambiente”, estima, “si usamos nuestro portátil, móvil o tablet un año más podríamos reducir las emisiones en cuatro millones de toneladas anuales, lo que supone el mismo efecto que retirar de las calles dos millones de coches”.

Las autoridades europeas intentan despertar conciencias en un momento especialmente complicado, el de la pandemia de coronavirus, en el que la gente pasa más tiempo en casa y pegada a sus dispositivos para pasar el rato o comunicarse con sus seres queridos y compañeros de trabajo.

La Unión Europea se propone, a través del Pacto Verde Europeo, volver al continente climáticamente neutro para el año 2050.