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V Barómetro de hábitos de consumo

Casi el 80% de los extremeños ha cambiado sus hábitos por la subida de precios

Hoy, 15 de Marzo, celebramos el Día Mundial de los Derechos del Consumidor. Para conmemorar esta celebración y determinar cómo han cambiado los hábitos de consumo de los extremeños, hemos elaborado nuestro “V Barómetro de Hábitos de Consumo”, basado en los resultados de 538 encuestas personales.

Como siempre, hemos comenzado preguntando por la situación familiar y personal del encuestado. En este sentido, nos llama la atención que casi un 20% de los encuestados vive solo, y otro 30% vive con otra persona. Esto coloca a los hogares con una o dos personas como los más frecuentes, con el 50%. Por otro lado, es muy llamativo que uno de cada tres hogares manifiesta que tiene, al menos, uno de sus miembros en paro, lo que sin duda afecta a su capacidad económica.

Por otro lado, dos de cada tres encuestados dice habitar en una vivienda de su propiedad y, de ellos, algo más de la mitad (53%)  tiene hipoteca. Este porcentaje aumenta al 55% en el rango de edad de los 35 a 46 años. Y, aunque no se puede llevar a todos los extremos, sí observamos que el porcentaje de hipotecados en los municipios más populosos es superior a las zonas más rurales y deshabitadas. Asimismo, un 26% de los que han afirmado tener hipoteca, tienen más de 60.000 euros de capital pendiente de la misma. En cuanto al alquiler, más de un cuarto de los encuestados es titular de un arrendamiento (27%).

Situación financiera 

Quizás como remanente de la situación de pandemia que hemos vivido, cuando nos recomendaban limitar al máximo el contacto entre personas, el medio de pago favorito por la mayoría de los encuestados es la tarjeta de crédito o débito (39%), algo por encima del dinero en efectivo (33%). Y el pago por móvil, que parecía iba a arrasar, se queda por debajo del 9%. Este es, quizá uno de los datos más diferentes al obtenido en nuestro anterior barómetro, realizado en 2020, antes de que llegara el COVID, cuando el efectivo era el medio de pago preferido para el 51% de los encuestados, casi 20 puntos más que ahora.

No obstante, estos resultados, como era previsible, son muy diferentes en función del grupo de edad. Así, mientras en los más jóvenes, el medio favorito es el móvil (40%) y el efectivo es casi residual (14%), en los de mayor edad se invierte y prefieren pagar, por abrumadora mayoría (73%) en efectivo.

Además, hemos preguntado si se está haciendo frente a algún préstamo, además de la hipoteca. En este caso, el 42% es titular de algún producto de financiación. En este sentido, es muy llamativa la diferencia entre sexos, pues mientras los hombres encuestados responden afirmativamente a esta pregunta en casi el 50%, en las mujeres no llegan al 40% las que pagan alguna financiación.

Con todo esto, sólo el 20% de los encuestados afirma poder ahorrar todos los meses con los ingresos que recibe, frente al 37% que no llega a final de mes. En este sentido, es especialmente preocupante la situación de los más jóvenes, pues casi el 60% de ellos afirma tener dificultades para completar el mes con su salario, lo que imposibilita su independencia y, lamentablemente, les obliga a buscar otros lugares para mejorar su situación económica.

Ante estos datos, no es de extrañar que más de la mitad de los encuestados haya tenido que “tirar de sus ahorros” en los últimos seis meses. Si no llego a final de mes y los precios están disparados, no queda otro remedio que usar lo guardado en épocas más benignas para afrontar los pagos que tenemos que soportar cada día. En todo caso, son los mayores quienes parecen estar gestionando mejor esta situación, pues “sólo” han recurrido a sus ahorros el 39%, frente al 56% de quienes tienen entre 46 y 65 años, seguramente por una situación familiar en la que los hijos aún necesitan mucha ayuda.

La cesta de la compra 

Como decíamos, la inflación general está suponiendo un escollo para las economías familiares. Con índices no conocidos en los últimos años, el esfuerzo que tenemos que hacer para llegar a pagar hipotecas, combustibles o energía, se está multiplicando. Pero, sin duda, el mayor problema es la cesta de la compra, cuyo incremento de precio se mueve en dobles dígitos desde hace meses.

Así, no es de extrañar que casi el 60% haya modificado sus hábitos alimenticios por la subida de precios de la cesta de la compra. De ellos, la gran mayoría está optando por comprar más productos en oferta (82%) o elegir marca blanca (66%) como opciones para ahorrar. Además, y esto es muy preocupante, dos de cada tres consumidores están comprando menos productos frescos, fundamentalmente carne y pescado y uno de cada cuatro, los ha sustituido por ultraprocesados y congelados. De mantenerse esta situación, podríamos pasar de un problema económico, a un problema de salud pública, por la ingesta más frecuente de alimentos que, en todo caso, deberían formar parte de nuestra dieta de forma absolutamente esporádica.

Esta preocupación es corroborada por el hecho de que casi el 8% de los encuestados afirme no comprar nunca alimentos frescos. Y tiene todo el sentido si unimos el precio que han alcanzado estos alimentos frescos, con el primer criterio en el se fija la mayoría de los encuestados (83%) que es, precisamente, el precio. Pero algo positivo hemos encontrado, y es que la tan ansiada búsqueda de la mejor relación calidad-precio, que es la panacea de la elección del buen consumidor, parece ser el criterio más común, pues al precio, se une como segundo factor la calidad (69%). Esto supone un cambio de tendencia, pues en los anteriores barómetros, la calidad era el factor más valorado por los encuestados; la situación económica, sin duda, es diferente a los años 2019 y 2020, y pesa mucho a la hora de decidir.

En lo que no hay cambio de tendencia es en el lugar favorito para comprar, pues mayoritariamente (72%), elegimos el supermercado, seguido del pequeño comercio (39%). En este caso, recordamos que, precisamente estas pequeñas tiendas de barrio, suelen contar con producto local y de temporada, que es de mejor calidad y, normalmente, de mejor precio. Apostar por el pequeño comercio es apostar por la riqueza de nuestro pueblo o ciudad y nos una opción magnífica para realizar nuestras compras.

Por último, hemos preguntado sobre el desperdicio alimentario. En realidad, de nada sirve buscar la mejor relación calidad-precio, las mejores ofertas o los comercios más baratos, si luego tiramos lo que compramos. Y parece que lo hacemos con frecuencia, pues más de la mitad de los encuestados afirma haber tirado alimentos a la basura en los últimos días, la mayoría de las veces (39%), porque se había estropeado. Sin duda, una buena planificación de la compra y del menú semanal, evitaría que se estropearan alimentos y que acabaran en la basura.

En este caso, observamos una enorme diferencia generacional. Así, mientras el 65% de los jóvenes manifiesta haber tirado comida a la basura, este porcentaje se reduce hasta el 38% (casi treinta puntos) entre los de mayor edad. 

Problemas de consumo 

Como siempre, hemos preguntado a los extremeños sobre si se han visto obligados a presentar alguna reclamación, en el último año. Y los resultados corroboran, punto por punto, que los sectores más

reclamados en nuestra región fueron los que presentábamos en nuestra memoria, pues la mayoría de quienes han presentado alguna reclamación lo han hecho contra bancos, suministradoras eléctricas o compañías de telecomunicaciones, por ese orden.

Y una de las estrellas del pasado 2022, las reclamaciones por casos de phishing, han disparado el conocimiento que los extremeños tenemos de este problema, pues casi el 85% de los encuestados ha oído hablar de ellas. Sin embargo, nos parece absolutamente preocupante que menos de la mitad de ellos afirme saber cómo defenderse si le llega algún mensaje suplantando a su entidad financiera o a un organismo público. En este sentido, desde UCE hemos realizado tres campañas de información durante 2022, y seguiremos insistiendo para que los extremeños seamos cada vez mejores y más formados consumidores.

Con el objeto de conocer las previsiones de gasto más próximas, hemos preguntado si tienen intención de salir de vacaciones esta próxima Semana Santa. Y la respuesta es casi abrumadora: dos de cada tres extremeños ya saben que no saldrán, y sólo el 20% tiene claro que sí.

Y es que la situación económica que vivimos, sin duda, está influyendo y mucho en los hábitos de los extremeños. Además, del 58% que dice haber cambiado sus hábitos alimenticios, el 80% afirma haber realizado cambios, por ejemplo, en la forma en la que gasta la energía, en sus gastos de ocio o viajes, en ropa, en movilidad… Es muy llamativo que sólo el 20% de los encuestados afirme que no ha modificado en absoluto sus hábitos.

Por último, hemos preguntado a los encuestados sobre sus hábitos de reciclaje, que siguen creciendo año tras año. Así, tres de cada cuatro lo hace regularmente, siendo el residuo más reciclado el plástico, aunque la gran mayoría de los encuestados recicla, además, papel y vidrio. Es curioso comprobar que los hogares con más miembros reciclan notablemente más que los que viven solos (82% frente a 69%, 13 puntos de diferencia). Con todo, estos datos siguen mejorando los de nuestro último barómetro, pues en 2020 reciclaba el 72% y hoy es más del 77.

Conclusión

Tras el análisis de datos obtenidos en este estudio, la conclusión es clara: la inflación generalizada nos ha obligado a cambiar nuestros hábitos de consumo (el 80% lo ha hecho de una u otra manera) y, más concretamente, casi un 60% sus hábitos alimenticios. Lo preocupante es que, de quienes han cambiado su forma de comprar alimentos, dos de cada tres compran menos frescos y uno de cada cuatro los ha sustituido por ultraprocesados.

De momento, las medidas adoptados por el Gobierno para hacer frente al disparado precio de la cesta de la compra no están surtiendo prácticamente ningún efecto, y mucho nos tememos que, de continuar esta tendencia, nos enfrentaremos, no ya a un problema económico, sino a un problema de salud pública.

Consumir alimentos frescos es fundamental para nuestra salud por lo que debemos buscar alternativas más asequibles, como la compra en comercio local o la preferencia por alimentos de temporada.

Por otro lado, los resultados dejan bien a las claras los problemas de la sociedad extremeña (que no difiere mucho de la española): muy pocos pueden ahorrar a final de mes, el precio se ha convertido en el principal factor de elección en compras de alimentación, más de la mitad ha tirado comida a la basura en los últimos días… Pero también algunas bondades, como que cada vez reciclamos más o que la mayoría ha oído hablar del phishing como un problema frecuente.

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