Cómo afecta la adicción a internet en el cerebro de los adolescentes
El uso del dispositivo móvil ha ido en aumento a lo largo de los años en España. En el año 2007, el 64,7% de los niños y niñas de 10 a 15 años disponía de este aparato electrónico, mientras que en 2023 la cifra aumentó hasta el 70,6%, según datos del Statista. Cabe destacar que la infinidad de funciones que podemos hacer con él a día de hoy debido al acceso a internet no es la misma que hace unos años y, por tanto, el tiempo de uso será más elevado actualmente que hace un tiempo.
En muchas ocasiones, un adolescente, incluso un adulto, puede pasar horas y horas utilizando el móvil sin apenas darse cuenta. El constante estímulo que generan redes sociales como Instagram o TikTok puede llegar a convertirse en una distracción si no se hace un uso saludable de ellas. Según la revista médica Mayo Clinic, no solo la salud mental de un adolescente podría verse afectada si el uso al teléfono móvil es excesivo, sino que también podría perjudicar a su cerebro.
El psicólogo especializado en adicciones, Dionisio García, asegura que no existe una adicción al móvil como tal, pero sí una adicción a los contenidos que se pueden ver en él. «El cerebro de un adolescente está en desarrollo, por lo que si se hace un uso excesivo de esta tecnología puede acarrear problemas de concentración, de memoria o en su capacidad de comprensión lectora», explica para 20minutos.
El experto cuenta que en algunos estudios se ha encontrado que existe una disminución del volumen de la materia gris en el núcleo caudado, el putamen y el hipocampo del cerebro, siendo estas regiones importantes para la memoria, el aprendizaje y la regulación emocional.
Además, «pasar mucho tiempo conectado a internet puede generar problemas de ansiedad por la presión social y emocional que supone estar todo el tiempo en línea», continúa diciendo García. También un uso excesivo del móvil puede afectar a la calidad del sueño, «cambia los ciclos circadianos de vigilia- sueño, y esto atañe especialmente a los adolescentes, ya que no se rinde igual en el instituto habiendo dormido menos de cinco horas», añade el psicólogo.
Otro de los aspectos que ha querido destacar el especialista en salud mental es la baja autoestima generada por la necesidad de aprobación constante. Algo más frecuente por el uso excesivo de redes sociales en las que creamos la imagen que queremos dar a los demás.
Redes sociales: ¿beneficiosas o perjudiciales?
Como todo en la vida, no solo existe el negro y el blanco, sino que hay infinidad de grises que no podemos olvidar. De esta forma, las redes sociales no son buenas o malas, sino que pueden tener beneficios, a la vez que ser perjudiciales dependiendo de su uso. Según la revista Mayo Clinic, algunas de sus características positivas son: permitir la expresión, participación en chats en los que se tenga en cuenta la salud mental e, incluso, animar a los adolescentes a pedir ayuda médica si lo necesitan.
Por otro lado, sus características no tan saludables para los adolescentes, según la revista médica, son: desviar la atención de otros aspectos como los estudios, el ejercicio o la familia; interrumpir el sueño, derivar en información sesgada o que no sea correcta o exposición al acoso cibernético pudiendo producir ansiedad o depresión.
¿Cómo hacer que el uso de internet sea seguro para un hijo adolescente?
La salud y el bienestar de sus hijos es una de las preocupaciones frecuentes de cualquier madre o padre. Por eso, es importante tener en cuenta algunos consejos que desarrolla el psicólogo, Dionisio García.
- Enseñar a los adolescentes a identificar las características y procesos de funcionamiento de internet y de las redes sociales. Además de identificar la problemática que puede generar el uso excesivo de las tecnologías.
- Tratar que el espacio formativo sea un espacio donde las tecnologías y su uso tengan un tiempo de uso determinado y un fin formativo, de búsqueda o de promoción de ocio sano.
- Informarse, buscar, seleccionar, analizar, evaluar y utilizar la información proveniente de varias fuentes.
- Intentar que participe en actividades sociales, practicar algún deporte o actividades al aire libre.