Desde el 1 de julio, ha entrado en vigor el «paquete de IVA » para el comercio electrónico. Esto implica que cualquier producto que cueste hasta 150 euros estará sujeto a que se le aplique el IVA, es decir, que todo saldrá un 21 por ciento más caro, más el coste ligado a los aranceles, por lo que pierde competitividad en precio respecto a las tiendas europeas, ya que esta norma incentiva igualar la situación fiscal y reducir la brecha existente entre los precios de tiendas europeas y las chinas.
En el caso de los particulares que realizan compras por Internet a empresas de fuera de la Unión Europea, estas modificaciones influyen en la forma en que harán el pago del IVA por los productos de pequeño valor que adquieren.
A modo de ejemplo, antes la compra de un paquete de lápices en una tienda española por un importe de 10 euros suponía tener que pagar un 2,10 euros en concepto de IVA, mientras que si el consumidor lo adquiere por internet desde fuera de la UE, no se pagaba IVA. La reforma europea establece que ahora esos productos tendrán IVA.
La normativa europea ha previsto sistemas de recaudación que evitan al consumidor el tener que realizar obligaciones formales con la Aduana. En la mayoría de los casos, para compras inferiores a 150 euros, serán los propios portales de internet, o los operadores que introduzcan las mercancías en nuestro país, quienes se encargarán de ingresar el IVA que los consumidores tienen que pagar.
