En España nunca se pagó tan cara la electricidad, y aunque todavía queda un otoño por delante, el invierno se acerca. La factura de la luz ha alcanzado cotas históricas esta semana, llegando a superar los 140 euros por MW/h el jueves.

Es un dato preocupante, que choca con los precios que se llegaron a pagar el año pasado, cercanos a 1 euro por MW/h en los momentos más baratos del ejercicio, y cercanos a los 55 euros en los más caros. Pero, más preocupante todavía, es que las perspectivas no son nada buenas para los próximos meses.

La relación entre el precio de la electricidad en nuestro país y el precio al que se paga el gas natural es directa y ahora, si se analiza el comportamiento histórico que tiene el gas, y la situación de oferta y demanda en la que se encuentra este mercado de cara a los próximos meses, todo apunta a que los precios se mantendrán en estos niveles, e incluso más, hasta que llegue la primavera.

No se puede achacar a un solo factor toda la responsabilidad de la subida de precios de la electricidad, ya que son muchos los elementos que intervienen en esta ecuación: la forma en la que se establecen los precios en el mercado mayorista, los impuestos, las regulaciones, el precio de la materia prima, el porcentaje de la generación total que se lleva a cabo con fuentes renovables, y con otro tipo de energía, como la nuclear, el coste de los derechos de emisión de dióxido de carbono en Europa… etc. Sin embargo, en la subida de la factura de la luz que se ha producido en las últimas semanas el gas natural es el principal culpable.

La variación del precio del gas ha sido enorme en los últimos años, y especialmente en los últimos meses, por las distorsiones que trajo el confinamiento. En mayo de 2020 el precio en nuestro país, según los datos que publica el Mercado Ibérico del Gas (el responsable de la gestión del mercado en la Península Ibérica) tocó un mínimo en los 4,14 euros por MW/h, en los primeros meses desde la llegada de la pandemia de Covid-19, que redujo mucho la demanda de la materia prima. Desde ese momento hasta ahora, el precio se ha multiplicado casi por 12 veces, hasta los 53,22 euros en los que cotiza actualmente.

Un mercado globalizado

La subida del precio del gas no tiene un componente único en nuestro país. Después de la pandemia, igual que ha ocurrido con muchos otros bienes en el mundo (el ejemplo de los semiconductores es el más conocido), se ha generado un desajuste entre la oferta y la demanda de gas, que ha desembocado en mayores precios.

Fuentes del sector eléctrico español explican cómo «el aumento de la demanda, especialmente en Asia, ha sido grande, y España tiene que competir por el mismo gas. Europa necesita más gas porque el flujo que llega desde Rusia ha caído de forma significativa», explican, y añaden cómo «eso nos obliga a buscar gas natural licuado, el que se transporta en barcos. Ese gas busca cuál es el mercado que le paga un mayor precio, y esto hace que el precio en Europa también suba» señala.

Las bajas temperaturas que se han prolongado este año más de lo habitual tienen mucho que ver con el incremento de la demanda que se ha producido en Europa. «El invierno pasado fue más intenso de lo esperado y, sobre todo, más largo», explican las mismas fuentes, «por lo que la temporada de relleno de los almacenes en Europa empezó muy tarde», señalan.

El ciclo del gas natural

El ciclo natural del gas supone un mayor consumo de la materia prima durante el invierno, debido a las bajas temperaturas, mientras que durante la primavera y el verano se rellenan los inventarios, lo que hace que, habitualmente, los precios sean más bajos en estas estaciones.

Sin embargo, en 2021 esta situación no se ha dado. «El relleno de los inventarios empezó muy tarde porque se siguió consumiendo gas en Europa durante los meses de marzo y abril. Esto ha hecho que la demanda sea particularmente alta esos meses, y que los almacenes se rellenen a un ritmo muy lento por culpa de los altos precios» señalan. En España la capacidad de almacenamiento de gas no es elevada, pero se trata de un fenómeno europeo que se ha trasladado a los precios en nuestro país.

En el nivel de estos inventarios de gas natural se encuentra la clave para los precios de los próximos meses. Según los datos que maneja Celsius Energy, en este momento los inventarios de gas están en el 68% de la capacidad total en Europa, un dato que confirman fuentes del mercado, y añaden cómo «en este momento del año pasado eran del 90%».

Esto, junto a una previsión de demanda aún más alta para el inicio del invierno europeo, ha llevado a los precios actuales del gas. «Si los niveles de almacenamiento no aumentan, la tensión de los precios se va a mantener», explican las mismas fuentes. «Europa necesita rellanar los almacenes para aliviar la tensión, ya que, si viene un invierno duro, podríamos ver aumentos de precios significativos desde los que tenemos hoy. El mercado está nervioso», destacan.

Los precios que se están pagando ahora en el mercado europeo son de 50 euros para el primer trimestre de 2022, pero caen hasta los 30 euros en el segundo trimestre. Esto hará que «hasta el final del invierno, el cierre del primer trimestre de 2022, es probable que esta situación no afloje», señalan. Para trasladar estos precios al del MW eléctrico hay que multiplicarlos por 2, ya que la eficiencia de una planta de ciclo combinado es del 50%.

Esta previsión de precios para el gas natural en los próximos meses coincide con la estadística que se ha visto en las últimas dos décadas. «El gas natural es bastante estacional, ya que tiene un consumo claramente marcado en momentos del año, y esto hace que los máximos anuales de precio se alcancen en el inicio de diciembre y que a partir de ese momento caigan hasta mediados de marzo», explica Albert Parés, experto en análisis estacional y fundador de AnnualCycles.

Entre los meses de septiembre y enero la subida media que se ha producido en los últimos 20 años es del 13,76% para el precio de los futuros del gas natural, según los datos de AnnualCycles. Sólo en seis de estos últimos 20 años se ha producido una caída durante este periodo. Parés explica cómo «a partir del cambio de año el gas natural suele caer en precio y tiene una clara pauta bajista», con una caída media entre enero y junio del 6,91% tomando como referencia los últimos 20 años.

El experto señala que hay que tener en cuenta que «el precio puede estar relativamente manipulado a nivel geopolítico, ya que los principales productores, como Rusia o Argelia, están constantemente intentando influir en la cotización».

Poca generación renovable

El alto precio del gas natural ha tenido un impacto especialmente significativo en la factura de la luz durante las últimas semanas debido a la baja generación de energía que ha habido con fuentes renovables en nuestro país durante este periodo. Hay que recordar que, en el sistema de fijación de precios español, la composición de la generación eléctrica según las distintas tecnologías que se utilizan es una de las claves.

Si la la generación de energía con plantas de ciclo combinado (las que utilizan gas natural) es mayor de lo habitual en relación a otras tecnologías, un gas que hoy en día cuesta muy caro tiene un impacto mayor en la factura de la luz.

Hay que tener en cuenta que las energías renovables son las que fijan los precios más bajos en el mercado eléctrico, según los datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Eso sí, tienen el inconveniente de que no se pueden encender y apagar con total libertad, ya que dependen de las condiciones meteorológicas que haya en cada momento.

Según los datos de Red Eléctrica, en los últimos días, desde el pasado 27 de agosto, no ha habido ni una sola jornada en la que la energía renovable superase a la no-renovable en el porcentaje de generación diaria. En cinco de los últimos 8 días han sido las plantas combinadas de gas las que más porcentaje de la generación total han acaparado, llegando a ser casi el 29% del total el pasado jueves, el día en el que se marcó el último récord de precios de la electricidad.

«El efecto de las renovables es absolutamente definitivo», explican fuentes del sector eléctrico; «habrá muchas menos horas en las que sean necesarias las plantas de ciclo combinado como última tecnología para cubrir la demanda, y habrá una tecnología más barata», concluyen.

Nueva regulación de ‘slots’

Una de las causas que contribuye a alinear el precio del gas en España con los mercados internacionales es la nueva regulación de slots que se ha puesto en marcha desde el año pasado. Para poder tener un slot para descargar el gas en barcos se tenía que demostrar que había una demanda detrás, y sólo un puñado de compañías podían acceder a ellos, pero ahora se ha liberalizado.

«Cualquiera puede optar a meter un barco de gas, aún no teniendo demanda. Los traders puros pueden disponer de espacio para descarga, y después optar por descargar o no hacerlo», explican fuentes del sector. Esto ha contribuido a que los precios en España estén equilibrados con el resto de mercados.