Envases de productos alimenticios medio vacíos, una decepción para los consumidores
En el supermercado podemos encontrar diferentes envases de productos alimenticios medio vacíos, bolsas de patatas chips que son muy grandes para lo que realmente contienen, paquetes de cereales, quinua, hierbas y especias, tabulé, té, alimentos de soja, etc., a los que le sobra la mitad del envase. Y al abrir el paquete, esto resulta una decepción para los consumidores.
El caso es que la organización de consumidores Foodwatch denuncia este tipo de prácticas, considerando que se trata de un engaño al consumidor sobre la cantidad real del contenido del envase. Por ello, ha lanzado una campaña para pedir a las empresas alimentarias que reduzcan el tamaño de los envases lo máximo posible para que se ajuste a su contenido real. La organización ha proporcionado algunos ejemplos de estas prácticas consideradas engañosas, que asegura que intentan hacer creer que hay suficiente cantidad de producto cuando en realidad es todo lo contrario.
Quizá Foodwatch tenga razón al denunciar ciertos productos, pero con otros la denuncia puede ser cuestionable. Por ejemplo, las bolsas de patatas chips sabemos que están medio vacías, que tienen un gran volumen para lo que realmente contienen, tan sólo un 50% de producto, pero la razón es que la bolsa integra una atmósfera protectora o modificada con una composición de gases específica (básicamente nitrógeno) con el propósito de poder conservar las cualidades organolépticas y el producto.
Lo importante en este caso es que el peso del producto comestible sea el indicado en el envase, sin importar lo voluminoso que pueda ser, de este modo no se defrauda al consumidor.
Algunos casos denunciados, como los paquetes medio vacíos de cereales y otros productos, son considerados una estafa muy extendida que se puede encontrar en las cadenas minoristas. La organización reconoce que una parte de ese vacío tiene una finalidad, la de proteger o conservar los alimentos, pero en otros casos se trata de un vacío inútil cuya única finalidad es atraer la atención de los consumidores, dándoles la impresión de que compran más de lo que en realidad hay en los paquetes, y siendo parte de esas mentiras publicitarias puestas en marcha por la industria.
A esto hay que añadir que este tipo de envases van en contra de los esfuerzos medioambientales, se gastan recursos, se incrementa el volumen de desperdicios, etc. Foodwatch destaca siete marcas y distribuidores que llevan a cabo este tipo de prácticas, E. Leclerc, Barilla, Léa Nature, Carrefour, Lipton, Monoprix y Sojasun. Se trata de una selección en la que, en algunos casos, el vacío del paquete es realmente exagerado, por ejemplo, E. Leclerc ofrece salmón cortado en cubitos y envasado al vacío en un pack donde el 68% del envase sobra. Se trata de un sobre embalaje que, según la organización de consumidores, está destinado a hacer creer que ofrece una cantidad generosa de producto cuando en realidad es todo lo contrario.
Otro ejemplo es la quinoa que ofrece la marca Barilla, según Foodwatch, ha acostumbrado a los consumidores a ofrecerles paquetes de pasta bien surtidos, pero en este caso patina, ya que un 60% del envase está vacío y no hay justificación para ello, no hay que proteger el producto o hay que mantener una determinada atmósfera, el cartón del pack altera la percepción de lo que realmente ofrece. Claro, que esto no debería ser un problema si los consumidores leyeran las etiquetas, pero como esto no suele suceder, la organización de consumidores quiere que la marca ajuste el tamaño del envase en la medida de lo posible a lo que ofrece.