El 5 de junio, con motivo del día mundial del medio ambiente, desde la Unión de Consumidores de Extremadura, nos unimos a su celebración
La naturaleza está relacionada con algunos de los desafíos más apremiantes que enfrentan a los humanos hoy en día. Purifica el aire que respiramos, limpia el agua que bebemos y produce la variedad de alimentos que necesitamos para mantenernos saludables y resistir enfermedades. Permite a los investigadores médicos comprender la fisiología humana y proporciona sustancias para el desarrollo de medicamentos. Incluso ayuda a mitigar el cambio climático al absorber el carbono, reducir la contaminación del aire y ayudar a enfriar las ciudades.
La acción humana ha reducido la biodiversidad y modificado las estructuras de la población de vida silvestre a un ritmo sin precedentes. En los últimos 50 años, la población humana se ha duplicado, el tamaño de la economía mundial casi se ha cuadruplicado y el comercio mundial ha aumentado unas diez veces. Se necesitarían los recursos de 1,6 planetas Tierra para satisfacer la demanda de los humanos cada año, y más especies están en riesgo de extinción que en ningún otro momento.
La aparición de la COVID-19 ha puesto en evidencia que cuando destruimos la biodiversidad destruimos el sistema que sustenta la vida humana. Cuanto más biodiverso es un ecosistema, más difícil es que un patógeno se propague rápidamente o domine. La pérdida de biodiversidad brinda la oportunidad de que los patógenos pasen entre los animales y las personas.
La deforestación, la invasión de hábitats de vida silvestre, la agricultura intensiva y la aceleración del cambio climático han alterado el delicado equilibrio de la naturaleza. Hemos cambiado el sistema que naturalmente nos protegería y hemos creado condiciones que permiten la propagación de patógenos, incluidos los coronavirus. Alrededor del 75% de todas las enfermedades infecciosas emergentes en humanos son zoonóticas, lo que significa que se transmiten de animales a personas. A nivel mundial, mil millones de personas son contagiadas cada año y millones de ellas mueren debido a las enfermedades causadas por los coronavirus. La naturaleza nos está enviando un mensaje. Según datos recogidos en el estudio Impacto de la contaminación ambiental en la salud humana de la Universidad de Deusto, la contaminación es el cuarto factor de riesgo de mortalidad en todo el mundo, 9 de cada 10 personas respiran habitualmente aire contaminado y se estima que 7 millones de muertes anuales se deben a la mala calidad del aire. En este sentido, reducir la contaminación es una medida imprescindible de salud pública.
La caída de la contaminación por efecto de la cuarentena del coronavirus en Europa ha evitado unas 11.000 muertes prematuras en el último mes, según un estudio del Centro para la Investigación de la Energía y el Aire Limpio (CREC). Se estima que la contaminación causa en el viejo continente en torno a 470.000 muertes prematuras al año, sobre todo por enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
El estudio no incluye las muertes causadas directamente por la epidemia (más de 220.000 en todo el mundo), pese a la correlación que sugiere una investigación que atribuye la alta mortalidad de coronavirus en Madrid y en el norte de Italia a la alta contaminación en las dos zonas.
En el caso concreto de España se estima que se ha producido un descenso de 1.081 muertes por la baja contaminación. Los niveles de dióxido de nitrógeno cayeron más del 50% en las grandes ciudades españolas, mientras que el de partículas PM10 (igual o inferiores a 10 micras) rondó el 20%.
Ahora que retomamos la actividad, desde la Unión de Consumidores de Extremadura recordamos que debemos seguir intentando mantener los niveles de contaminación lo más bajo posible. Para ello:
- Utiliza el transporte público. Nos hemos acostumbrado a utilizar el coche para todo, pero es hora de pensar en el planeta y en nuestro futuro y de usar medios de transporte más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente.
- Compra productos locales. Una de las cosas que más contamina son los vehículos. Si compramos productos locales evitamos que lo que adquirimos en el supermercado se transporte desde lugares lejanos, con el gasto de combustible y la contaminación que esto supone.
- Consume productos ecológicos. Para la producción de productos ecológicos se evita el uso de elementos químicos que puedan perjudicar al medio ambiente. No solo los puedes encontrar en alimentación, también en limpieza, moda o cosmética.
- Solemos tener claro dónde tirar los envases o el vidrio, pero en muchos otros casos no sabemos dónde tirar los residuos y la primera norma para reciclar es separar.
- Reduce el consumo de plásticos. Utilizamos mucho plástico y la mayoría es de un solo uso. Se estima que el tiempo medio de uso de una bolsa de plástico es de 10 minutos y tarda unos 400 años en degradarse.
- Utiliza bolsas reciclables cuando vayas a comprar.
- Evita los productos envasados en plástico y apuesta por aquellos que están envasados en papel, cartón o vidrio.
- Compra productos a granel como legumbres, frutos secos, jabones etc.
- Disminuye el uso del agua y de la energía eléctrica. El agua es un recurso que se puede agotar por lo que es fundamental cuidar su uso. Esto lo podemos lograr con pequeños gestos como cerrar el grifo cuando te laves los dientes, ducharte en lugar de bañarte, reciclar el agua. En el caso de la energía eléctrica es fundamental reducir el uso optando por electrodomésticos de bajo consumo, utilizando bombillas tipo led, apagando las luces de casa cuando no estemos o evitando los aparatos eléctricos en stand by.
- Elige energías renovables. Las energías renovables son aquellas que se obtienen de fuentes naturales que producen energía de manera inagotable como pueden ser el sol, el aire o el mar. Además de ser inagotables no tienen impacto en el medio ambiente.